La muerte del destino y la carencia de inteligencia de muchísimos. Don Nadie come un poco de chocolate, porque cree que calma el estómago y apacigua su alma. Nunca creyó que pudiera caer tan bajo, está perdidamente enamorado y lo intenta evitar, pobre infeliz. Tiene miedo a la muerte, por eso no le pega un sorbito. Debería hacer algo, está asustado, tiene ganas de morir, desaparecer, la vida le parece demasiado larga; se pregunta cómo la gente la logra soportar tanto.
No sabe qué le espera mañana, no está dispuesto a soportarlo. Cada día le cuesta más levantarse temprano. Está ansioso, es un puto libidinoso y da asco. No sabe qué coño es, ni qué coño quiere necesita.
Quiere desaparecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario