Hacía tanto que no probaba esta deliciosa pena. El cansancio pudo con mi cuerpo. En realidad, casi nada ha cambiado, no sólo en mi situación; sino tampoco en mí. Sé que el brillo de mis ojos es especial. No he cambiado tanto a como todos relatan, pues la cáscara de la castaña puede quemarse, pero su fruto seguirá intacto. Realmente, sigo siendo el mismo antisocial, pero un poco mas sociable; que habla con todos, pero que no se entiende con nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario