Mi felicidad se desborda, diría yo, mi vida es un cuadro surrealista de Dalí. Ríos de sangre limpian las calles estrechas de la vieja París, pero manchan mis manos y mis recuerdos. Pues claro que disfruto de algunos, y confío, pero de ahí a ser feliz hay un buen salto en este río. Todo lo que tocas permanece por siempre joven. Recuerdos adolescentes, las lágrimas del futuro. Quiero morir.
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