No encontré grandes diferencias entre el cáncer y el paso del tiempo, entre ser atropellado por un autobús o demacrar mi cuerpo con sustancias insanas. Es una excusa banal, lo sé. Individuos cualquiera que sofocados por la sobreinformación pierden el criterio, quieren ser Osama Bin Laden y el puto Obama al mismo tiempo, aunque bien pensado se asemejan bastante. Deseas un futuro brillante, con una linda casa en el campo y habitaciones con paredes adornadas con ámbar nazi; quieres tener a la mismísima Gioconda colgando en tu comedor y un mayordomo que te limpie los zapatos y almidone las camisas, pero dime qué vas a hacer para conseguirlo. La vieja lucha entre lo necesario y lo que ambicionas, ya sabes, todo ese cúmulo de cosas que nos hacen creer que son imprescindibles.
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