Las palomas que viven en las iglesias
no rezan a Dios,
pues en los pesebres
se celebra misa en nombre de los vivos
y no de los muertos.
Y los santos,
y los mártires,
y los profetas
guardan silencio
en sus vitrales
por siempre jamás;
y todo el mundo
enfrenta la oscuridad
del misterio de la muerte
con estoica parsimonia.
¿Quiénes son aquellos
que desearon ser mejores
sin esforzarse más?
¿Quiénes son esos
que pensaron en una vida
plena sin tratar de cambiarla?
Decime hasta donde pensás
llevar tanta tristeza,
para qué moverla de un lado a otro;
si todo está en entropía,
¿por qué no quedarse parado?
En los libros que leo
hay mensajes ocultos que sólo yo
puedo ver y las voces que habitan
en mí me dicen que puedo volar,
mas cuando me convencen
solo veo mi cuerpo yerto sobre el suelo.
Retrocedo en el tiempo para enmendar el error,
pero lo cometo de nuevo.
Y el rollo es como,
¿a quién quiero engañar?
Mi estabilidad depende de un fármaco,
¿a quién quiero engañar?
Mis amigos me abandonaron
porque nunca ellos me quisieron
y nunca yo les quise en verdad,
¿a quién quiero engañar?
Mi padre me ha traumado,
la cultura me ha moldeado;
soy carne de cañón.
¿A quién quiero engañar?
Voy a suicidarme aunque
ya estoy muerto por dentro,
por fuera luzco joven,
puro y pobre
pero no es cierto.
Ah.
And it goes like this.
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