Limpio la casa,
me relajo,
se ensucia,
vuelta a empezar.
Vivo bien,
voy a lo mío.
Observo el interior de la nevera
y veo más condimentos que alimentos,
pero nunca me afecta
porque yo como del viento.
Me trago la pastilla
porque tengo miedo de no dormir,
porque temo pensar en la muerte.
Ya no me coloca
aunque hay algunas veces
que tomo muchas para divertirme.
Me voy a algún lugar,
me paso la noche haciendo cosas
que no recuerdo al día siguiente
y nunca me arrepiento de ninguna.
¿Cuándo mi sufrimiento
será recompensado?
¿Cuándo dejaré de esperar
un premio por estar triste?
Ay qué penita siento,
tanta cosa bonita,
qué pena.
Y dicen
que crujirse los nudillos
es malo pa los huesos
pero a mí me encanta.
Soy un disfrutón,
soy muy puto.
Vine a este mundo hedonista
buscando ser asceta.
Ay qué pena,
tantas cosas bonitas
y pensando en la pena.
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