Me voy de la habitación y dejo las luces encendidas porque mi cuerpo esta flotando y mis ojos ya están cerrados, aunque brillan no iluminan del modo que lo hacían antaño. Y así yazco muerto del asco, tumbado en la cama sumergido en mi charco de fango, y aun así se siente un millón de veces mejor que cualquier cosa que existe en el exterior. La miseria y la escasez te ayudan a apreciar lo importante de lo mundano y aunque a veces caiga en el deseo sé identificar perfectamente las cosas que no tienen alma.
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