sábado, 26 de mayo de 2012

Libertad, yo, dime libertad.

Las cosas que más odio y repelo y las que más amo y me hacen sentir bien tienen entre sí una extraña relación que a veces trato de negar. Hoy la adivina me ha dicho qué eres y qué harás en el futuro, pero yo no quiero creerlo, me obceco en convencerla de que tú no eres de esas personas maliciosas, de que te comprendo realmente bien, de que todavía sigues valiendo. Esta vida es una mierda, sea con quien sea que vayas de la mano, y eso lo sabemos perfectamente.

Mi libertad, al menos la mía, terminó en 1994, y comenzará de nuevo con el ácido. Tengo miedos y miedo a lo que se acerca, ella no puede tener razón. Tengo la esperanza de un buen futuro para ambos.

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