domingo, 6 de mayo de 2012

Son of a gun. (2)

En alguna tarde de Febrero del cuarenta y cinco un mayor recibe la orden proveniente del cuartel general de mandar a un grupo de hombres al otro lado del río Rin, en la ciudad de Haguenau, para atrapar prisioneros alemanes y así conseguir información útil para la guerra. Los enemigos bombardean la parte de la ciudad ocupada por los estadounidenses con fuego pesado. El mayor hace conocer la ardua noticia al capitán de una de las compañías allí estacionadas, la Easy, y son seleccionados soldados del segundo y tercer pelotón de la misma. Esa noche, a las 1:00 a.m., como quedó bien señalado, quince hombres montan en cuatro botes y atraviesan el río.

Se dirigen sigilosos cual felino cazador esquivando alambres de espino hasta un puesto avanzado nazi. Unos soldados americanos destrozan los cristales de las ventanas y lanzan granadas, uno de los soldados atacantes es herido con la suya propia, y pierde media cara incluyendo su ojo izquierdo. La misión se resuelve favorablemente y son atrapados los tres alemanes, de los cuales uno queda rezagado por el fuego de cobertura que ejercían los estadounidenses desde la otra orilla. 

Murió el soldado norteamericano de forma ridícula, pero los oficiales se encargaron de escribir cartas a sus familiares haciéndoles sabes que falleció honrosamente en combate. Padeció el soldado alemán a la mañana siguiente después de estar toda una noche gimiendo de dolor.

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