sábado, 19 de marzo de 2016

Ante todo he de ser capaz de aguantar el sofoco que provoca la estupidez humana en mi cuerpo. Hace algunas semanas que he comenzado a pesar en ese incesante ciclo del que olvidé formo parte, acabar por no poder soportar a quiénes me rodean. Pero no hay que preocuparse, mi más corta extremidad sigue mandando en mí, así que soy un pobre esclavo, así que cuando hago lo correcto no extraigo recompensa alguna. ¿Pero a quién cojones le importa, joder?, estoy aquí tirado en el suelo soltando mierda por un orificio y flemas por el otro; es dulce poder decir que tal vez lo merezca, a mí no me importa, no voy a juzgar mi suerte. La ira me ha hecho escribir esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario