lunes, 14 de marzo de 2016

Dos párpados que se pliegan, siento una tremenda melancolía, nunca la había sentido antes. Me hace ser fuerte con lágrimas en los ojos.

Ni siquiera sé por qué estoy aquí, me refiero a aquí sentado escribiendo esto, ¿por qué? Hoy no me siento empujado, no siento ese impulso, creo que he llegado por casualidad. Me encuentro en este lugar como podría encontrarme en cualquier otro, rodeado de personas, creyéndome superior por momentos, imbécil. No es por mi ego, es por el ego del colectivo, y creo que me he vuelto enfermo, es casi crónico y me encanta. He vuelto a la locura descendiendo por la escalera de caracol, caí rodando y quebré mis huesos, fue un hecho fortuito. Pero en mi mente no existe la gravedad, así que por dentro aún estoy bien, aunque los malos hábitos y las sustancias cancerígenas drenen mi salud, mi alma sigue limpia y no ha perdido en absoluto su capacidad para amar.

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