domingo, 13 de marzo de 2016

what are you waiting for, man

Que conste que me he vuelto un poco menos loco al compartir otro pequeño pedazo oscuro de mi alma, por eso esta noche me parece que la existencia no tiene pasado ni futuro, es una constante sala de espera. Ni siquiera busco la paz, tampoco ser feliz aunque persiga la felicidad como fin penúltimo de mi existencia, la felicidad atonta a las personas, las hace sumisas, aburridas; yo me contento con la suerte que me toca, en la vida no hay casualidades, sólo causalidad, de hecho no considero que sea mi rol juzgar mi suerte o mi vida, si dios existe le dejo esa egoísta tarea, yo me lavo las manos. Si es real, o si de alguna manera las delgadas fibras de mi destino fueron hiladas desde antes de mi concepción entonces estoy aquí haciendo lo que debo hacer y lo que quiero hacer, de no ser así soy un pobre diablo más perdido dentro de un paréntesis absurdo entre dos nadas, lo cual es un gran desahogo. De igual manera pienso en las remotas estadísticas que rigen este intrincado universo y caigo en la cuenta en la cantidad de sucesos, desde la creación misma del cosmos y de todo lo que es, fue y no es, que dieron lugar a mi creación, a mi vida, a la expresión artística más bella por antonomasia del caos que lo mueve todo y lo creó todo. Y de nuevo recapacito, y me pregunto, si no es obra de nadie cómo algo que jamás existió pudo existir, cómo una parte de algo inerte pudo cobrar consciencia de sí mismo y estudiarse hasta los confines de su propio entendimiento. La vida es bella, ah, de eso no hay duda.

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