martes, 28 de febrero de 2023

Y si, qué, pensaba que era como un lama para soportar cualquier sufrimiento o maldición, pero un leve golpe es suficiente para lleva mi cuerpo al suelo, una frase para destruir mi moral; pues mi carne es débil y mi mente es frágil. Millones de horas devolviéndole el reflejo del reflejo del reflejo del reflejo a pantallas, trozos de papel, ojos humanos. Yo no tengo ambiciones, sólo quiero estar tranquilo, convertirme en una piedra, ser posadera para viajeros durante siglos. En algún lugar perdido, lejos, muy, de cualquier otro lugar trazable, no se tropieza con la felicidad, sino, que, la paz se encuentra y muestra un tono grisáceo como si la penumbra tuviese un color.

Deseo cama calma ganas de cuidarme, cielos no tan altos y pensamientos pasivos, como un vegetal, ¿verdad?, ser un silencioso testigo de lo perecedero, por la vereda rueda la arrolladora realidad. Fui a casa de un compadre que ni si quiera me conoce para contarle todas mis mierdas y las mil maneras de fallarme, así, cogiendo fuerzas para no arrepentirme esa noche, o la siguiente, o la siguiente de la siguiente. Até una soga a su cuello, cuál se rompería antes, y lo colgué al lado de unas bragas en el tendedero porque me prometí que no volvería a contarle a nadie acerca de mis pensamientos.

Antes de tenerlo prefiero machacarlo porque la gente siempre se lamenta por cómo las cosas solían ser, en lugar de aceptarlo, es más sencillo.