Yo volvía de terminar mi primera semana en el curro nuevo, me había pasado la tarde tratando de solucionar una cagada que cometí, me dirigí al club de marihuanos al que mis roomies y yo solíamos ir a relajarnos para olvidarme del capitalismo y el liberalismo económico. Cuando llegué ella ya estaba allí, llevaba evitándola semanas, porque you know, no me interesa mucho la gente. Los muy cabrones de mis compis nos dejaron a solas cuando salimos del local, ellos se quedaron viendo chicas, yo volví a casa junto a ella. En ese momento yo tenía fuertes episodios de despersonalización, los únicos estímulos sensitivos que me interesaban eran la luz del Sol y alguna droga, sin embargo de algún modo ella consiguió que me interesaran otros. "Me gustás desde el primer momento en que te vi", me dijo con su acento porteño, y es bastante gracioso, porque de ese día sólo recuerdo que tenía mucho sueño y no me quería lavar. "Entonces besémonos", respondí.
Después de varios whiskeys y pastillas acabamos en la cama, ella me pedía una y otra vez que folláramos, gemía cuando nos besábamos, me decía que yo era hermoso. Pero a mí no me interesaba demasiado el sexo, cuando agarró mi polla como un hierro candente la dejé jugar con ella, pero yo disfrutaba más de su compañía que cualquier otra cosa. Ella llevó su mano hacia su boca y escupió saliva en la palma, agarró mi falo con ella y entonces le dije que lo sentía, "no estoy preparado para algo así". Sexo, pensaba yo, es aburrido porque es animal. Ella repetía "andá, está todo bien, pero cuando te marches voy a tocarme". Me incorporé y me fui a mi habitación con los huevos hinchados como globos de cumpleaños, desperté confuso catorce horas después vomitando todo lo que había en mi interior. No sé por qué hice lo que hice, ni si lo volvería a hacer.
Alfa Mist - Antiphon (Full Album)