miércoles, 29 de abril de 2015

De nuevo aquí me ven, sentado frente a un frío monitor consumiendo droga con el estómago vacío a horas poco aconsejables. La felicidad viene y va, en una habitación un decrépito anciano espera terminar su inevitable trabajo conectado a una máquina y en la colindante un grupo de muchachos desatendidos vuelcan sus carencias en los gramos blancos.

Me enrollo un petardo de esa sustancia cortada con vete a saber qué, escuchando alabanzas sobre un futuro supuestamente alcanzable en realidad imposible de predecir, viendo tal vez los días pasar mientras pulo mi joya interior royendo la comisura de mis labios cuando no me queda nada que decir.

jueves, 23 de abril de 2015

oh poor little child

Saco la inspiración a empujones de lugares a los que nadie se le ocurriría acudir, así extraigo fuerzas de la soledad o de la idea de marcharme de este mundo tal y como vine, empapado en sangre. Por odio, rencor y miedo los hombres llevan a cabo grandes empresas que sus mentes en estado plenamente lúcidas no son capaces de emprender, por lo que no desestimen dichos sentimientos, a menudo son más poderosos que el amor.

Oh, pobre chico escuálido, desatendido y malentendido que pensaba que ser feliz era esta bazofia hasta que frenó en seco y miro a su alrededor. No todo es como lo pintan, ¿eh? Aun con todo me siento vigoroso, una vez que desechas todas las oportunidades de triunfar en este asqueroso juego de repente posees todas las alternativas posibles. Mañana será otro gran día del que extraer fabulosas experiencias o en el que retozar entre idas primigenias.

lunes, 20 de abril de 2015

111

Sobre el cenicero a rebosar de colillas mal apagadas se levanta una columna púrpura de humo que soporta con gran equilibrio el techo de mi habitación. Una pila de papeles pintarrajeados y garabateados hacen esperar cola a miles de ideas bizarras que flotan alrededor de mi cabeza dibujando círculos invisibles para el resto de los mortales. A veces una frase maldita que de un empujón me lanza a lo más profundo del pozo, otras un simple pensamiento que en rebelión con el resto me hace odiarme a mí mismo; el resultado siempre es el mismo: a algunos de mis allegados les toca recoger mis pedazos. Y tal vez no sea casualidad haber encontrado a cabezas pensantes quizás tan fustigadas como la mía.

Allá adonde miro sólo veo miseria, entonces busco las escaleras más cercanas, o el muro más fácil de escalar y algunas veces a través de barrotes y en otras ocasiones vislumbrando entre las nubes logro hallar un paraíso fácil de alcanzar. Tal vez el hombre estuvo en algún tiempo remoto en un lugar justo, rodeado de jardines y de murallas de enredaderas, ahora trata de huir de sus jaulas de cemento. Está ahí fuera, la salvación está en este mundo, no hay necesidad de dejar los años pasar, la ilusión que llamáis dios tiene dirección y número de teléfono.

jueves, 16 de abril de 2015

who wants to sleep in a city that never wakes up?

A todas horas secuencias de números se muestran frente a mis ojos explayando así un macabro espectáculo para mi razonamiento, por eso en ese instante cierro los ojos y me imagino disfrutando aquello que persigo con ansia. Reciclarse o morir, aceptar el cambio; este es la cerilla que prende mi antigua tez de niño sin un pelo en la cara para dar paso al barbudo engendro que soy hoy: mi mayor obra son mis pensamientos. Esta noche no puedo escribir nada medianamente sensato, ni ordenar y racionalizar mis pensamientos como aprendí viendo mi reflejo en sus gafas de sol opacas, soy un ventrílocuo que lidia con todas sus voces y se lo debo a ella.

Por la madrugada tarde, muy tarde rozando el crepúsculo algunas formas oscuras me acechan entre las sombras; a continuación persisto despierto hasta que el cielo torna de negro a azul oscuro casi negro y más tarde a un azul cian que me recuerda al de alguna orilla transparente que nunca vislumbré. Siempre seré como era cuando decidí ser quien en el futuro me habría gustado ser, por eso cuando giro la cabeza y sitúo mi cuerpo ciento ochenta en dirección contraria al futuro veo a ese crío mojigato que se enamoró (o enfermó por años) sentado en un autobús esperando realmente de corazón que las cosas le irían tal y como pensó que desencadenarían. Pobre ignorante.

Hoy me arrodillo ante un vacío infinito, es el miedo cósmico del individuo que es consciente de que todo lo desconocido que le espera ahí afuera es más poderoso que sus pretensiones por entenderlo. Ya lo describieron otros hombres en el pasado.

Antes me besabas, y volverás a hacerlo, pero antes de arruinarme la vida de nuevo deseo hacer muchas otras cosas. Así que ámame u ódiame, pero no mezcles el deseo con el goce. 

martes, 14 de abril de 2015

Patética historia de un viernes noche.

Una noche con buenas expectativas más me había destinado a sufrir aquello que aparentemente llaman remordimientos del día después. Los esfuerzos que hacía por tragar el sonido de sus jadeos me parecieron inútiles frente al ruido que nuestras lenguas provocaban (en aquella asquerosa, oscura, mutilada y repleta habitación de personas inútiles) mientras peleaban por el mandato en ambas bocas aquella madrugada. No recuerdo demasiado: cuando me hube cansado, sin duda desestimado por el futuro próximo que me aguardaba; absolutamente reproches y chistes en aquella jerga tan locuaz, guarde mi falo entre mis piernas y saqué mi mano de entre las suyas, por supuesto lucía húmeda y pestilente. Entre risas, porros y gritos (el alcohol había sido terminado o en su defecto derramado por el suelo en el que se apoyaba nuestro colchón) el resto de individuos presentes fingió no haber visto nada, no haber oído nada y no haber hablado acerca del asunto mientras aún nos movíamos bajo las sábanas. Yo estaba terriblemente colocado, creo que estaba seguro de haber actuado con discreción o de que ni siquiera me importaba haber llamado la atención de todos lo que interactuaban a nuestro alrededor. 

Rato después de la función caí en la cuenta de que no había pensado en el suceso casi por una hora porque uno de los muchachos que ahora trataba de descansar en el mismo colchón en el que nos revolcamos como perros había sido molestado por otro de los borrachos que no contento con arruinarse la noche quiso también arruinar la de otro, todo desembocó en una pelea a voces en mitad de una calle estrecha y tranquila (otra más). Quizás pasó desapercibido el hecho de que quién generó tal disputa fui yo.

Supuse que la noche ya no guardaba nada bueno para mí tal vez porque estaba apunto de terminar o porque había superado con creces mi cupo de cagadas diarias. En cualquier caso recurrí al truco que todo borracho conserva para terminar una noche estrepitosa como una noche no tan estúpida, un último as en la manga. Así que cuando anduve solitario de vuelta a casa por las calles que me vieron crecer abrí mi manoseado y sucio paquete Chesterfield y me dispuse a sacar un húmedo y arrugado cigarrillo: el último que conservaba a esas alturas; mi as bajo la manga mientras me preguntaba si lo que había hecho algunas horas atrás había sido lo correcto.

Cuando a mediodía desperté en mi cama, atrapado entre las sábanas, aturdido y maloliente, no quise recordar sus dientes retorcidos, ni su pendiente en el pezón izquierdo, ni su vagina cuidadosamente afeitada como si se hubiese preparado exhaustivamente para tal acto imposible de predicar con anterioridad. Supongo que es terriblemente ridículo escribir sobre esta pequeña historia sobre todo pensando en la impresión que desencadenaría en alguno de los conocidos y amigos que estaban presentes el hecho de leer estas líneas, no fue nada especial ni representativo en absoluto, es sólo que a estas horas el aburrimiento desemboca en bajón y de algún modo tenía que distraerlo.

escuálido

A veces pienso que realmente estoy loco, en ocasiones tan fuerte ha sido esta convicción que he llegado a aceptarlo como una especie de don maldito. Hoy me arrastro por el suelo de casa, refugiándome en las esquinas y esnifando motas de polvo, hoy estoy perdido. No quiero droga, no quiero risas, tan sólo sentarme y cruzar mis piernas, cerrar los ojos y cambiar el rumbo.

domingo, 12 de abril de 2015

are you sure

¿Cómo podrías asegurarte de que el tiempo transcurre siempre al mismo ritmo o de que no andas boca abajo cuando posas tus pies sobre el suelo? Toda relación humana es tan sólo un espejismo y un reflejo que desafía a la memoria, tratando de compensar sus carencias por medio de las personas, otro juego de manos empleado sin darnos cuenta. Todo lo que hago genera su eco y el universo lo conserva, lo pule y lo hace reverberar, entonces cualquiera lo toma prestado y da forma a su propia obra maestra.

Amar es bello y ruidoso. Bello por la inocencia de estar cometiendo el acto más egoísta e ilusorio creyendo hacer justo lo contrario, y ruidoso por todas las sensaciones que provoca a su alrededor.

jueves, 9 de abril de 2015

Devoto voluntario de la cárcel del cuaderno, dejo correr la sangre por mis venas y estos renglones se escriben solos. Hoy vuelvo a sentarme frente a una pila de hojas blancas, para escribir por los que no escriben pero sí lo sienten, para los que sufren y no dicen media palabra sobre la verdad que están encontrando, porque saborearla en silencio es mucho mejor. Más de una vez me tomaron por tonto, y más de una vez no hice nada para solucionarlo; mírenme, no tengo músculos, no soy guapo, pero tampoco tengo nada que demostrar. Todo lo que soy se esconde detrás de esta funda de piel. 

Podría parecer absurdo que la libertad de un hombre amenace a la del resto de la humanidad, sollozando, lidiando con esta realidad insana. Podría parecer absurdo que un hombre elija ser libre matándose poco a poco, pero tal vez no existe una meta y yo mismo tenga que marcar la mía, en un mundo perverso en el que odio se combate con rencor.

Admiro mi reflejo (me odio y me admiro) y el individuo del espejo luce como un desconocido, no leo el brillo en sus ojos. Puedo estirar mi cuello y hacer apuntar mi nariz hacia mi cénit, tal vez corte mi riego sanguíneo y por eso me marcho por unos segundos, aunque no sabría decir a ciencia cierta. Más tarde vuelvo y no recuerdo nada de lo que hice. El tiempo y el espacio se compenetran formando una mezcla homogénea por la que puedo avanzar a través de los eones y las distintas capas de la realidad.

martes, 7 de abril de 2015

Vine aquí para hacer de la necesidad una virtud, para convertir el pecado en peregrinación, y sacarle las cosquillas al drama para convertirlo en tragedia. Regocijémonos en los malos momentos, en los llantos, en los cortes, en los gritos, en los instantes de indescifrable dolor y retemos al sufrimiento a otro duelo más perdido de ante mano para demostrar que todo puede ser vencido, pues todo surge de nuestro interior y de la manera en la que percibimos e interpretamos nuestro alrededor. ¿No es entonces, tan simple y tan sencillo, destronar el odio, la vergüenza o los remordimientos como soltar un ave en el aire y que emprenda el vuelo? Destapar el corazón a plena luz del Sol, quemando el ego y apartando el antifaz, para así ver que todos nuestros actos son puramente egoístas y que no hay nada de perverso en ello, mientras que lo verdaderamente sucio y bizarro es nuestra insistencia en no aceptar que nuestra razón se muestra doblegada a nuestra voluntad de poder. Y yo digo, el bípedo es acaparador y codicioso por naturaleza, y ello nos hace mortales y simplemente banales aunque peligrosamente complejos.

Siempre es ahora, siempre es el presente, siempre es el momento exacto y oportuno para emprender.

lunes, 6 de abril de 2015

A través de la ira y el rencor se destilan muchos otros sentimientos, dejan su pureza en el filtro mientras el sufrimiento en estado líquido poco a poco gotea dentro de un tubo de ensayo situado a pocos centímetros y expande su pestilente aroma. Muchos dirían que apesta a vergüenza, tal vez un poco, yo diría que más bien a miedo y desamparo. Escribo estas líneas bizarras, a su vez este último cigarro se consume y deja su rastro en la habitación. De nuevo el mismo techo y cierro los ojos, y después los abro, y por arte de magia soy doce horas más viejo. ¡Sorpresa!, al mundo no le importa un carajo que estés triste, va a seguir girando, y tu sufrimiento le da cuerda.

sábado, 4 de abril de 2015

You know why I sing the blues.

Cómo empezar estas líneas hablando acerca de algo que no hace ruido, pero cuyo sólo pensamiento me hace temblar. Escucho aullidos de un viejo lobo camuflados entre acordes de quinta y el ritmo del Mississippi, cortando el viento con malos presagios, jamás me había sentido mejor. Años vista de recorrido arduo, y en el horizonte un apacible oasis de serenidad tal vez otorgado por la muerte o por el deseo cumplido de un hedonista perdido por sus placeres. Robemos un momento a aquello que quiere robarnos la vida y disfrutemos de lo único que tenemos casi con seguridad, esta noche voy a drogarme o a tumbarme en un asqueroso sofá a compartir risas con algunos de los míos (que resolverán por marcharse algún día).

viernes, 3 de abril de 2015

Apago cigarrillos en ceniceros de hierro frío, donde yo también me apago y me enciendo.

Las drogas me duermen o me mantienen despierto, dependiendo de si en ciertos momentos las personas me aburren o me divierten. Payasos a mi izquierda, yonquis a mi derecha, y yo sigo encerrado en el medio en un lugar sin espacio ni tiempo huyendo tal vez de perros de tíndalos. Una vez unificado todo poder y salvaguardados todos los peligros externos el hombre inventó nuevas cadenas porque sin hazañas no podía vivir, así crearon el amor, la cultura o la generosidad. Siempre pensé que la felicidad es para mediocres que no miran más allá, que todo aquello que nos hace dichosos nos aparta de nuestro real cometido, al menos del mío. Por eso, aunque poseyera todo lo que deseara y alcanzara todo lo que necesito siempre querría más, para sentirme poseído por lo que aún no he adquirido más que por lo que ya tengo en mis manos.