sábado, 21 de mayo de 2016

Viajo, veo accidentes, contemplo la voluntad de individuos que pensaron haber arraigado tan profundo en la tierra que ni el mayor de los terremotos podría hacerles tambalear, y pienso, torres más altas han caído. Ya no hay nada que deje escapar de mi mente, cazo una buena idea como una instantánea, por eso a veces me doy cuenta de lo monstruoso que puedo llegar a ser, y no necesariamente causando dolor. Me pregunto si tiene algún sentido, y supongo que si me lo pregunto será que no soy del todo feliz, la alegría y la motivación se han ido esfumando progresivamente durante estos días, no puedo culparles. Pero nada de eso importa, sólo seguir hacia adelante o la decisión de seguir adelante o no, saltar para tocar techo o para chocar contra el suelo con más fuerza, de cualquier manera el horizonte siempre quedará al nivel de tu punto de vista, pero habrás sido libre de escoger y eso no puede pagarlo nadie. Estoy aquí, en fin, ¿qué implica eso? Esto es mejor que nada, escribir es mejor que nada, es mejor que quedarse callado, es mejor que cruzar los brazos; me da una esperanza, un motivo, un descanso, desvía la necesidad y la descodifica en parámetros más fácilmente entendibles.

jueves, 12 de mayo de 2016

Hoy no temo a la noche, aguardaré con ganas su muerte temprana y entonces me levantaré dispuesto de la cama para dejarme alumbrar por el Sol, después volveré a casa y más tarde pasaré toda la noche tocando y grabando y riendo. Y fortaleciendo los cimientos de mis futuras expectativas.

Incluso cuando camino solo a la madrugada hay una voz cantando blues en mi cabeza, me gusta acompañarla, cantamos juntos cuando no hay nadie alrededor y me siento un maltrecho cantautor al que nadie contrata. Se me ve diferente, dice, no eres como los demás y eso se nota hasta en tu manera de andar, me cuenta, tú no necesitas estar aquí porque nada de lo que puedan enseñarte en este lugar te servirá para tu propósito, me explica, así que tal vez sería mejor agarrar mi guitarra por el mástil y salir pitando, pienso yo. 

No estoy feliz, pero estoy expectante, no tengo nada salvo la esperanza de conseguirlo todo, y mientras lo que tenga que ocurrir ocurre la ilusión es un estado mental mucho más próspero que la tristeza. Ya no remonto río arriba, me siento en la rivera y contemplo el agua fluir, algunos troncos se desplazan medio sumergidos, chocan contra las rocas y sus astillas se depositan en el fondo durante miles de años.

Johnny Cash - Folsom Prison Blues

miércoles, 11 de mayo de 2016

Tengo los ánimos hundidos y el corazón hecho pedazos,
el pelo despeinado y la cama desecha,
una pila de pensamientos desordenados sobre la silla de mi habitación
y un cenicero que rebosa malas intenciones.
Una ventana que da hacia el patio,
un servilletero vacío, una canción de rock alternativo;
un folio lleno de ecuaciones sin resolver,
un recuerdo, un estímulo, una negación.
Un disgusto que no estoy dispuesto a encarar,
el deseo roto de una madre,
y su vejez.

Una puta enamorada,
un músico sin ritmo,
un paraguas en el desierto.
Las ganas de hacerlo bien versus
la realidad difusa de mis pensamientos,
que fluyen, que golpean contra el rompeolas.
Mareas de oro líquido que mojan mis pies,
y los erosionan, y los mojan,
y después retrocede.
Amor, odio, rabia, resentimiento,
meras reacciones electroquímicas en el interior de la maquinaria biológica.

Un sentimiento que pincha,
un cigarro mal apagado,
una columna de humo.
Un adicto sin dosis,
un boleto de lotería atrasado,
un poema sin rima.

martes, 10 de mayo de 2016

La conversación de anoche fue dura, me hizo llorar un rato más tarde, he de admitir que de no ser por tus graciosas maneras lo habría hecho en una de tantas veces que volteas la cabeza severamente. En gran medida mi vida y mis actos son dirigidos o influenciados por la droga, lo definiste bien, yo un porreta y tú un politoxicómano, el dúo ideal.

Cuando estoy triste o simplemente vuelvo a recaer ya no pienso en nadie, ni en el dolor que genero, ni en amor que se me ha escapado, he visto rostros muy bellos mirarme de perfil, debí haber besado alguno. Tengo el ojete al rojo vivo y la sensación de que las flemas que se esconden en mi estómago planean una nueva huida por las tuberías de desagüe, ahora mismo sólo quiero cagar y no echar fuego por el orto. No molesten por memeces, vayan a chingar a otra parte.

domingo, 8 de mayo de 2016

Mañana es el día del juicio final, mañana firmaré mi sentencia, habré marcado mi destino. Tal vez mañana a estas horas ya esté muerto, pero esta vez no me buscarán, no habrá quien lo sepa, nadie recorrerá las calles esperando encontrar un cadáver incrustado en el capó de un coche o la silueta en forma de cruz de alguien a punto de hacer un salto de fe. Hacia la muerte, si hacia algún lugar nos dirigimos es hacia la muerte, yo sólo me pregunto qué sentido tiene eludirla y por qué la gente huye de ella con cremas para las arrugas y leche de soja, como si llegado el día pudieran sentirse mejor sabiendo que hicieron todo lo posible por rechazar la idea de lo inevitable.

Ojalá me sintiera desgraciado y pudiera excusarme, ojalá no supiera al menos que sentiría remordimientos, ojalá me disparasen en la cabeza si es lo que tiene que pasar; pero ojalá fuera en el momento menos esperado.

Estoy aquí, todo lo que ven es todo lo que ofrezco, caminando por la calle puedo parecer un tipo normal bajo la lluvia, puedo ser también aburrido, tanto que no pensarían en la posibilidad de que en mi cabeza pudiera ocurrir algo excepcional fuera de lo ordinario. Si eso es lo que quieren ver entonces me dejaré ver como un ordinario, si quieren pensar que soy feliz así seré, aún así jamás podrán vislumbrar lo que hay dentro de mí.
Permanece allá adentro, no voy a dejarte salir, por mucho que rasques en las paredes interiores de mis vísceras, por muy fuerte que claves tus uñas en mi carne... tú nunca saldrás de mí. Si mi cuerpo fuera una cárcel mis costillas serían los barrotes y mis pulmones los hornos crematorios, mi estómago el comedor y mi cerebro la sala de interrogatorios, mis ingles el gimnasio y mis manos la silla eléctrica. 

Si mi cuerpo fuera una cárcel ya me habría matado para escapar de mí mismo y para que tú también lo hicieras, después podrías ir por ahí correteando y gritando a los cuatro vientos que soy gay o cualquier otra cosa.

Si mi cuerpo fuera una cárcel escribiría, por si ese fuera la única manera de sacar afuera lo que siento.

stay in there

Creo que soy como cualquier otro, o al menos puedo llegar a imitarlo con la misma solvencia con la que lo evito. No piensen que no estoy loco, si ven algunos hombres caminar solos no teman, sólo piensen en los motivos por los que son proscritos. Alguno debe haber, digo yo, sea bueno o malo, supongo.

El camino hacia el paraíso está lleno de trabas, engaños y responsabilidades, por eso nunca tomo decisiones antes de alcanzar el placer, porque todo suele estar cifrado. Es tarde y sólo tengo unas ganas locas de cagar y dormir antes de que me alcance el amanecer, no soy un tipo feliz, pero dudo que en mi posición muchos pudieran decir algo mejor.

viernes, 6 de mayo de 2016

Aunque la ira me ahogue nunca dejo salir palabras feas de mi boca, siempre que hay tormenta en el exterior me busco un rincón y monto allí mi pequeño oasis hedonista. No tengo miedo a la verdad, yo vine a buscarla, por mucho que tiemble la tierra mis raíces jamás ceden, y el suelo que piso se hace más duro y mi cuerpo y mi mente se compactan en un único líquido indisoluble y todas las desgracias se hacen chistes. El karma puede salvarte, puede regalarte el beneplácito de el que se jacta de contemplar el sufrimiento ajeno a modo de castigo, al final siempre se trata del mismo juego. Hoy no tengo muchas ganas de hacer nada, y es una putada porque la mayoría del tiempo hay que estar aprendiendo cosas incluso cuando estás tirando perdiendo el tiempo. Entre tantas cosas que se cuelan por mi cerebro hoy he recordado la capacidad de la música para sanar la melancolía, los ruiseñores cantan a la madrugada y pareciera que entonan solos de flauta a lo Jethro Tull.

jueves, 5 de mayo de 2016

Hoy quise matar a alguien, no importaba quien fuera, caminé solitario por donde mis pies pisan y no tenía miedo, sólo estaba algo asustado; y no estaba asustado, simplemente me sorprendió. Observé la vista de la ciudad y reparé en el hecho de que solía verla desde perspectivas amplias únicamente siendo de noche, y pensé, dios santo, el mayor logro de la humanidad es haber construido un mundo de atrezo. Todo lo que veía en esos momentos era mentira, los edificios, las carreteras, los centros comerciales... todo mentiras.

Hoy he tratado de esquivar a todo el mundo, la suerte no ha estado de mi lado, pero los perros se acercaban a mí para que los acariciara y los gatos no se alarmaban por mi presencia y me maullaban. He comprendido que necesito estar solo, la sobreexposición a otras personas me produce sarpullido, después de un tiempo me pregunto si tal y como decía una zorra que conocí hace mucho tiempo un hombre no puede ser feliz si no vive en sociedad, y si soy yo la excepción que confirme la regla.

martes, 3 de mayo de 2016

Es como cuando te empeñas en hacer algo que debido a las circunstancias sabes con certeza que no saldrá como quieres, pero lo haces porque quedarse de brazos cruzados es mucho más pueril. Lo hemos hecho con muchísima dificultades, pero lo hemos hecho; con miedo, pero con soberbia, y ahora que mi trasero se desliza a toda velocidad sobre el asfalto a cientos de kilómetros de casa, en mitad de la madrugada miro hacia el cielo estrellado y no me arrepiento. Como si hubiera cabida para el error en hacer lo que amas, como si los escalones de una escalera hacia el cielo hubieran sido colocados peldaño a peldaño para tus pies y no quisieras subirlos.

Frente aquella multitud me sentí capacitado para complacerles, mis palabras llegaban de mi boca a sus oídos reverberando por las paredes, y no estaba asustado, me sentí como nunca. Ten cuidado con lo que deseas, podría hacerse realidad.