domingo, 24 de diciembre de 2023

De cajero en cajero buscando la felicidad, desechando efectivo como si fuera purpurina, pagando al camello por Bizum. Un gramo te cambia la vida, hace que lo veas todo de otra manera, y sin embargo nunca es suficiente. Cuento tantos cuentos que ya ni cuento cuántos son, la sed de todo teniendo poco es inagotable, aunque podría ser peor. Haría cualquier cosa con tal de no hacer nada, o hacer lo que me apeteciese a cada momento, si acaso se tratara de hacer algo entonces mejor para todos. Si la libertad es poder hacer lo que uno debe, no necesariamente ser productivo, la mitad del planeta debiera estar relajado en contemplar y no concentrado en actuar. La adicción es fruto del trauma de existir, y desarrollar dependencia hacia cualquier cosa que nos de calor es algo bastante humano. Asequibles o no asequibles son los sueños y ambiciones, siendo los mayores sacrificios de la historia en sus nombres.

Happy beeezday, my dear friend! Te compré el vinilo de los Raconteurs que querías, vamos a escucharlo juntos para tener un recuerdo bonito de la última vez que nos veremos en toda la eternidad. Aun sabiendo tanto hablo más que pienso, cago más que como, sufro más que lloro; una lágrima de esperanza y otra de melancolía.

Mis temas son una mierda pseudointelectual pero tus mezclas son ingrávidos mojones sin personalidad, te faltan subgraves, ¡más punch!, ¡más compresión! Sube las escaleras, BÁJALAS Y SÚBELAS DE NUEVO. Sácate la droga de entre los huevos que se te va derretir y deja de rascarte el ano. Vivito y coleando por muy poco, a la luz de un escaparate crezco como persona, hay billetes en mi cartera que no son míos y que nunca lo fueron, desde que los imprimieron ya pertenecían a otro. Quieres ser poeta, rapero, productor e influencer; quieres ser famoso, rico y alternativo; quieres ser como nadie y ya es bastante ambicioso llegar a ser cualquiera. No existe el límite porque el éxito y el fracaso son constructos, intenta encontrar una verdad personal compatible con la verdad universal y déjate de líos, no quieras ser Michael Jackson, Cristobal Colón o Napoleón. No quieras ser la primera persona en Marte, no quieras haber descubierto la radioactividad.

domingo, 19 de noviembre de 2023

Brotan de mis ojos lágrimas de destilada melancolía y, sin embargo, río a carcajadas mientras éstas resbalan por mi tez y no ceso hasta que mi abdomen se retuerce en espasmos de puro dolor. Arrímense, antiguos hermanos, permanezcan a la vera mía y escuchen la triste canción que aprendí en soledad y que la soledad me enseñó, podrán decir vuesas mercedes, y dar fé ciega, de que el amor que me otorgaron no fue ningún regalo sino una cruel maldición por la que hoy pago un alto tributo. A muchas cosas he renunciado y tantas otras me han sido arrebatadas, pero si alguna herida me han provocado que no pueda ser cicatrizada es la de la traición y el abandono, que sangra en el interior de mi alma y me hace sentir débil y desolado a cada día y a cada rato.

Con aburrido y tonto resuello encaro la existencia, no es menos cierta la luz de estrellas lejanas que mi desapego a la experiencia de la vida, que ya nada quiero, que nada ya deseo salvo la paz que entre humanos no se encuentra. Contadme entonces vosotros, que como a César clavasteis puñales en mi espalda, que como a Cristo vendieron por un escueto saco de monedas; cómo he de perdonar que me arrebatarais la capacidad de confiar en el amor y la amistad.

Os escucho ahora, mas pronto pudiere ser que esté con Dios o él conmigo, y en su compañía pudiera llegar a comprender y aceptar lo impune y agrio del corazón humano. Tomad asidero y descanso, pues, lejos de mi recuerdo, porque hoja de frío acero en mi carne es para mí el vuestro. No os deseo más que la dicha y la bondad que a mí robasteis en esta vida, pues en la siguiente otras leyes que se escapan a mi comprensión han de juzgaros; pero en ésta yo os absuelvo, aunque no sentís remordimiento.


Jeff Buckley - Grace (Full Album)

jueves, 16 de noviembre de 2023

Cuántas veces traicionado —o traicioné—, cuántas veces abandonado, cuántas veces muerto, cuántas veces yerto, cuántas veces solo. Todo me atraviesa, soy como un túnel por el que pasa el tren. Descargo mi ira sobre mí mismo y aquellos a mi alrededor y las drogas que consumo me hacen ver lo que quiero ver, ser lo que quiero ser. Tanto por prescripción médica como por mera ansia de desapego y ensoñación, la droga sigue siendo droga. Si algo de importancia hay lo ignoro, si tuviera que cambiar mi pensamiento no sabría, ni querría, saber por dónde empezar. Cuando hablo emito sonidos de auxilio de perro, y en tanto que me asemejo a un cánido, cuanto más como más cago y si dejo de comer igualmente sigo cagando con la misma regularidad y cantidad. Aunque no engordo ni adelgazo.

¿Quieres que me devane los sesos en una tarea indispensable para el alma y la propia sustancia primordial de la conciencia humana? Yo soy tu hombre. ¿Quieres que me deje la piel, que ponga todo mi ser en juego, mi carne, mis emociones e incluso el significado de toda una vida y de las siguientes que he de experimentar? Sabes de sobra, yo soy tu hombre. Pero si quisieras que permaneciera templado, estático, muerto en un poso de aturdimiento errático; te pediría la muerte antes del próximo lunes, pues soy lo suficiente cobarde para desearla pero no lo necesariamente osado para encontrarla.

lunes, 13 de noviembre de 2023

Estoy tratando de reparar, con asombroso estoicismo y melancolía, una grieta en mi cráneo por la que se escapan pensamientos que no quiero perder y otros, que no quiero guardar, se cuelan sin embargo como ratas leprosas en el interior de un barco que navega a otro mundo. Renunciar a ti es como renunciar a la luz solar, que alimenta a los vivos y les impide arrebatarse la vida que con pueril esfuerzo se afanan por mantener encendida. Pero resulta ser, por convicción o causalidad, que el mayor de los anhelos es hacia el desapego, y el mejor y más sano amor es el del olvido. Aunque te necesite aquí y ahora, en cualquier momento, en cualquier lugar. Así la gente parece más humana y el mundo menos pueril cuando me encuentro en tu compañía, todo cobra nuevo significado y cualquier cosa reza que sería mejor compartida contigo.

Si este amor nunca muriese, nos preguntamos cuán dulce pudiere ser, entre los espaciosos salones de nuestros delirios reconozco a tu lado que nada puede herirme, y por consiguiente, es tu ausencia lo que me sangra. Sabiendo que amar es compartir, compartimos este dolor, que es tan humano y nos hará desconfiar del resto de nuestra raza. Conforme transcurran los días y las eras, la mayor maldición será permanecer en tu memoria como un mal sueño. Aunque no lo quieras creer te querré siempre pues nunca me diste oportunidad para lo contrario, y además colmaste mi alma de amor como aquel que colma de agua la copa del sediento.

En un cajón de mi corazón, secretamente escondido, con delicadeza y alevosía, te guardo. También tus besos de miel, tu mirada de algodón, tu risa de gorjeo de pájaro. Y es que te encuentro por las esquinas de las habitaciones, en cuerpos desconocidos e incluso en mi propia respiración, cuyo vaho dibuja vagos retazos de niebla que también me recuerdan a ti. Yo siempre me acuerdo de ti, pienso en ti, vivo a través de ti; cual enfermo que goza de los desvaríos de su locura, momentos de lucidez que ahogan un sueño nebuloso que se mantiene flotante. Tú siempre estás ahí. Así la soledad esparce su fina arena de oro sobre mi rostro marchito y su expresión recita, sin palabras, tu nombre.

martes, 10 de octubre de 2023

Ya quedé limpio por dentro y por fuera, ya no se puede, ni es menester, lógico o interesante, rumiar pensamientos antiguos que de por adelantado mostraban el brillo de sus colmillos en las tinieblas de noches primigenias imposibles de recordar. Y aunque el viento y el agua limpiaron ya la sangre, el tiempo se llevó consigo a los viejos y enfermos y los sentimientos reposan en un fondo estable, ya no quiero permanecer por más tiempo en este páramo muerto y plano. Espeso calor por el día y frío afilado por las noches. ¿Qué quieres? Estoy hecho de carne.

Aunque me encuentro tan solo no me arrepiento de nada y si fuera cierto que el universo es un ciclo palpitante como los latidos de un corazón, esta vida se repitiese infinitas veces, en infinitas ocasiones obraría de igual manera. Sin importar demasiado el sufrimiento cuando éste ya pasó, y esperando regresar de nuevo, sin tener tanta importancia el miedo o la pobreza del alma, ser abandonado por quienes considerabas incorruptibles es una amarga cura de humildad.

El gran arte es el de sufrir sin quejas, así el sufrimiento goza de menos peso y la vida debe ser más fácilmente sobrellevada. Encara tus miedos, hermano, ilumina la caverna y espantando con tu fuego las sombras que hasta el día de hoy te atormentan. Busca en ellas la luz y no temas nunca de quedar solemnemente aturdido en soledad, porque el amor nos llega a todos.

Todo el tiempo y siempre sin palabras, que parecen tratar de contar la historia de un tiempo futuro que nadie sabe qué deparará. Aunque fuese lo que sea, tal vez un rencor encarnado tan difícil de borrar demuestra en el perdón la más valiosa de las lecciones, no te olvides de mí como yo no te olvido a ti. Y merece la pena reiterarse al decir que viviría la misma vida si la tuviera dos o más veces porque las traiciones te enseñan y de lo fracasos tanto se aprende, el miedo te cambia y las miserias fortalecen. No se olviden de mí como yo no les olvidaré a ustedes, por un rencor encarnado tan difícil de borrar.


domingo, 24 de septiembre de 2023

Si en esta realidad abrupta y arrugada no hubiese lugar para mí, entonces no sabría en qué sitio buscar. Y es que a decir verdad entre rostros desconocidos me pierdo, sus sonrisas son representaciones de falsos ídolos esculpidas en marfil y sus gargantas suenan como trompetas del juicio final que entonan melodías de apenas marchito desasosiego. Encontrar una situación de calma en esta vida es tan complicado como aceptar la hostilidad de la misma, ambos son trabajos que llevar a cabo en este cuerpo humano. Lo único de lo que me arrepentiría sería de vivir mentalmente en otro plano, malgastando así la experiencia de este mundo material; por eso surfeo en los límites de la percepción y sobre su afilado borde donde nada es verdadero.

Cómo te hubiese gustado ser tratado, cómo debieras haber actuado, cómo llegaste a tal situación. No luches contra el impulso, descansa sobre él. Por las calles grasientas de pegajosa melancolía van de un lado a otro los repartidores en moto, y hay camareros que sirven cafés a ancianos que ya vivieron su historia, y también policías que buscan el crimen en las sombras de escupitajos espumosos casi secos. Y yo, observando el caótico orden de la creación dentro del agujero al que arrojaron a Lucifer. Siento una profunda y afilada nostalgia de un tiempo pasado que nunca tuvo lugar, puedo olfatear la crueldad de la ciudad en el aire que respiro, mi propio cuerpo e incluso el de las personas se me antoja extraño. Soy capaz de ver a través de sus finos y arrugados trajes de carne, analizar sus espíritus cual anatomista del alma, separar mentalmente cada átomo de tristeza que los hace humanos y encontrar, por monumental y disparatada que resulte la tarea, al menos un ápice casi invisible de esperanza y amor que no quieren dejar morir.


jueves, 21 de septiembre de 2023

Despedido por WhatsApp

Todos mustios y con caras de perro. Lo sé, lo sé. La vida es dura y el mundo está jodido. Un pavo de mis años que se quiere matar porque tiene un bebé y no sabe cómo se lo va a montar en la vida, otro tío que me dobla la edad tiene el mismo curro aburrido de mierda que yo y me cuenta los cientos de trabajos y las miles de horas en ellos. ¿Para qué?, para acabar en el mismo pozo que un crío de veinte años. Lo sé, lo sé. Hay que comer, pagar facturas, drogarse. Existen dos sensaciones en esta sociedad, la de tener trabajo y la de no tenerlo. Ambas terroríficas.

Un día cualquiera me despierto, no tengo ningún pensamiento primario, solo ansiedad. La desastrosa sensación de que el peligro me acecha y la adaptación a los ritmos y normas del sistema son imposibles de acatar para mí. Me levanto de la cama, pareciera que el oxígeno en el mundo se está acabando porque respirar supone un gran esfuerzo. Intento desayunar algo pero todavía es de noche y ésto me suele generar náuseas Tomo un té, salgo de casa, voy en coche al trabajo. Voy tarde y ya me dijeron de que no volviera a suceder, así que piso el acelerador y voy a toda hostia. Siento que vuelo, nunca había conducido tan rápido. La sensación de adrenalina y muerte se apoderan de mí, ni siquiera siento ansiedad o miedo, mi único pensamiento es el de llegar cuanto antes. Vuelo, levito, sueño, avanzo. Aparco, corro, ficho, entro. He llegado, tal vez no a tiempo, tal vez me echen, pero mierda, he llegado y eso debe de tener algún valor, ¿no?

Ya en el interior de la nave siento que el tiempo se desdobla y mi concepción del mismo se vuelve ambigua. Pienso sin embargo que es mejor concentrarme en mi labor y así las horas pasarán más rápido, pero diría que transcurren hacia atrás y cada vez que miro el reloj parece que fuese más temprano. Vuelven los temblores, la migraña, la ansiedad, el miedo, el agobio por un futuro incierto, el extraño sentimiento de que mi cuerpo no me pertenece. Soy un inadaptado al que encajar en el sistema convierte en un ser extraño plagado de preguntas e inseguridades. Nada me consuela y todo se siente hostil. Voy al baño para vomitar, pero no vomito. Vuelvo a mi puesto de trabajo pero no trabajo. Mi respiración se acelera, mis esperanzas se agotan, una vez más estoy preparado para mi fin. Hago acopio de valor, acepto todas mis desgracias y me arrepiento de mis malas obras, dispongo mi alma en manos de Dios. Siento que voy a desvanecerme, que voy a convertirme en humo, que un único pensamiento nuevo hará explotar mi cabeza. Justo en ese momento un grito de dolor descarnado me saca de mi ensimismamiento por unos segundos. Me asomo entre los pasillos repletos de productos de toda clase y veo a un chaval que solloza asustado, se agarra su dedo índice sanguinolento mientras un par de compañeros le rodean inquietos. Hay un reguero de sangre en el suelo. Por amor de Dios, ¿quién puede hacerse semejante herida con la oja de un cúter de menos de un centímetro de ancho? Llega un coordinador y decide que hay que llevar al chico al hospital. Tal vez yo también debiera cortarme un dedo para que me lleven al hospital. Yo. Yo. Yo. Solamente yo, y el resto del universo me la suda porque podría ser una ilusión.

Gracias al pequeño evento y a mis viajes al servicio el primer turno llega a su fin, la alarma que avisa para el descanso crea la sensación de que me encuentro en el interior de una colmena zarandeada llena de abejas asustadas y confusas. Todos quieren salir cuanto antes para descansar. Hay algunos que me miran raro por mis extraños movimientos, mi cara de culo, mi soledad autoimpuesta y los espasmos de mi cuerpo. Siento que no puedo más, siento que no quiero querer sentirme de ese modo así que me marcho sin dar explicaciones. Paso por delante de la garita de entrada y el tío de seguridad del edificio me pregunta extrañado adónde me dirijo. «Tío, yo qué sé». Respondo.


Llego a mi coche, trago un par de pastillas. Estoy fuera y mañana será otro día. Es como si el mundo entero no me comprendiera, pero ni siquiera le doy la oportunidad de intentarlo. Huyo hacia adelante y todo lo que queda atrás forma parte de un pasado nebuloso del que no quiero formar parte, porque el individuo que lo experimentó es virtualmente por completo diferente a mí.

Decido dejar el trabajo, al día siguiente llamaría para dimitir y que sea lo que Dios quiera. Prefiero ser pobre a la certeza de que forzar mi mente y mi alma me aporta dinero a cambio de bienestar interior. Tal vez, y sólo tal vez, debiera dedicarme al ascetismo, pues nunca tuve gran apego hacia nada material y siempre tuve la necesidad de trascender mi carne.

Horas más tarde llega un mensaje al teléfono: «Buenas tardes. Nos ponemos en contacto con usted para comunicarle que con fecha de hoy, 19 de septiembre de 2023, procedemos a finalizar la relación laboral establecida entre las partes, por lo que mañana no debe incorporarse a su puesto de trabajo.» 

Soy libre de nuevo, pensé. Libre. Libre de buscar nuevas maneras de vasallaje y esclavitud.


viernes, 15 de septiembre de 2023

Inadaptado tú, perra

Pego un salto mortal triple desde mi confortable féretro de sábanas blancas (cual vampiro circense), apago un despertador, apagado otro despertador y también apago el último despertador que escondo por la habitación para asegurarme de que me despierto por completo. Prosigo con el ritual más macabro y más veces llevado a cabo en la historia de la humanidad. Me ducho, desayuno, fumo un cigarro, cago, me pregunto por qué tiene que haber tanto dolor en todo lo que veo y salgo de casa para introducir mi cuerpo medio muerto en el coche. Una vez en su interior introduzco la llave en el contacto y la maquinaria cobra vida, ruidos de motor, luces, engranajes que se pelean entre sí y el mismo muelle en el asiento desde hace diez años presionando la misma vértebra.


Aún es de noche, me encamino hacia el trabajo; podría ser una oficina, un taller, un almacén, una fábrica. ¿Quién sabe? Nadie tiene idea, todos hacen. Llego medio tarde pero necesito cafeína y nicotina, así que fumo y bebo café y acabo por llegar completamente tarde. Ficho en una máquina que reconoce mi huella dactilar, a ella no parece importarle que llegue tarde, nadie por aquí parece preocuparse mucho por mí. Las máquinas no se equivocan porque no tienen sentimientos. Eso me gusta, no conocer a nadie, no tener necesidad de mentir o decir la verdad porque no la hay ni siquiera de hablar. Voy a lo mío, al mismo aburrido y sencillo trabajo que podría realizar cualquier otro primate; solo te hacen falta dedos prensiles y aceptar que eres la última mierda del planeta. Así que agarro una PDA, leo albaranes, escojo artículos, preparo pedidos en cajas de cartón y los lanzo a una cinta transportadora que sospecho se dirige a un agujero de gusano de vuelta al pasado para ser vaciadas y rellenadas de nuevo. Después vuelta a empezar una y otra seis días a la semana; como para volverse puto loco. Es una labor aburrida pero que requiere de concentración, lo cual ni siquiera te permite pensar en tus cosas. De vez en cuando alguien me habla, nunca es un jefe, los jefes no se mezclan con los inferiores, y algunas personas están trastornadas y otras no. Las que sí lo están piensan que les espera una vida mejor: mejor trabajo, mejor tranquilidad, mejor dinero. Las que no lo están sencillamente han aceptado que no pueden dejar de ser esclavos. Además, el curro en sí no está tan mal, es monótono y soso, pero no es demasiado exigente.


Me cruzo con una compañera de mi edad y justo en ese momento se oye una especie de alarma que suena de vez en cuando por toda la nave de trabajo. Le digo: —A veces fantaseo con la idea de que se trate de la alarma de incendios y tengamos que huir todos de aquí.


Ella me mira con cara de sueño e indiferencia. Después de unos segundos de silencio contesta: —Es la alarma que avisa cuando la puerta se abre.


—¿Qué necesidad hay de avisar sobre una cosa así? ¿Es que acaso está prohibido salir de aquí?


—Si la puerta está cerrada, sí.


Ella va a lo suyo, yo vuelvo a lo mío, mientras tanto tarareo melodías para tratar de volcar sobre mí mismo algún tipo de falso optimismo que me salve de la más irremediable demencia. De hecho las horas pasan bien, pasarían más rápido si no me dolieran los pies, pero este trabajo es un chollo, he tenido mil peores. Me consuelo. Me engaño. Me pervierto. Hay listas en la zona de descanso donde uno puede ver sus medias de productividad, somos unas quinientas personas haciendo la misma gilipollez todo el tiempo y yo soy uno de los que tienen peor promedio. Solía convencerme de que era superior a la mayoría de personas en cualquier aspecto, pero ahora que lo pienso, si hasta la gente que más solía despreciar sabe hacer algo tan doloroso para mí mucho mejor que yo, entonces tal vez el ignorante, idiota y arrogante sea este menda. Quizás yo sea el verdadero imbécil.


El último día de contrato pienso hacer mal todos los pedidos, vaciar cajas que deban ser enviadas y enviar las que deben ser rellenadas, manipular albaranes y cambiar de sitio los productos de las estanterías. Espero crear un completo caos, que los coordinadores pierdan el norte, que el proceso en cadena colapse y que acaben por demoler todo el colosal entramado de oficinas, naves y almacenes, porque a fin de cuentas, resulte más simple y barato empezar desde cero que arreglar semejante estropicio.


Serú Girán - Peperina (Álbum Completo)

lunes, 11 de septiembre de 2023

El siroco

Durante el último brote gordo que me dio me planté en el borde de una acera porque no podía respirar, eran alrededor de las tres de la mañana y en la oscuridad parecía más un demente que alguien herido. ¿Qué diferencia hay? Gemía y lloraba como un potro moribundo. Resultaba curioso sentir, y a veces ver por el rabillo del ojo, a la gente caminar cerca de mí; nadie intentó ayudarme, la mayoría se apartaba unos metros. También transitaban coches que me veían perfectamente al pasar. No les culpo, tampoco les odio, ni siquiera les incrimino nada. Estuvo bien así, no podían ayudarme y probablemente no tenían motivo u obligación.

Llamé al teléfono de atención preventiva a la conducta suicida porque tenía ganas de matarme pero como casi no podía hablar resolví por avisar a la ambulancia, aunque tras veinte minutos no aparecieron, incluso me llamaron ellos a mí para encontrarme, pero de alguna manera no dieron conmigo. Cuando me hube recobrado un poco y pude respirar y erguirme fumé un cigarro aún sentado en el suelo. Camine tanto como me permitió mi organismo. Me tumbé en un banco callejero, era Verano, se estaba bien. Dormí un poco.

Me llaman al teléfono en número oculto y contesto: —¿Sí? 

—¿Vicente Medina? —Pregunta una mujer. 

—Dígame.

—Le está buscando la ambulancia. ¿Podría decirme usted decirme en qué dirección se encuentra?

—Pero si de eso hace casi una hora ya.

—La ambulancia ha ido a la dirección que usted proporcionó y no estaba allí.

—Ahora estoy bien. Siento las molestias, que tengan buena noche. —Cuelgo. 

Seguí durmiendo y unas horas después me desperté entumecido sobre el banco de madera y pensé que me hacía mayor, o que al menos me hacía menos joven. Rayaba el alba y el hervor de la ciudad era inminente. Mi cuerpo y mi mente necesitaban soledad y oscuridad, fui al garaje y dormí sobre el suelo hasta pasado el medio día. Después fui a comer a casa de mis padres y dormí en el sofá del salón hasta casi la mañana siguiente.

Yo soy un Ignatius Relly, un Henry Chinaski, un Meursault. No me interesan el trabajo, las convenciones sociales, ni el dinero en exceso. Esta sociedad sin remordimiento y arrugada, que se masturba frente al pilar de la boba meritocracia, que está diseñada para producir más: más productos, más polución, más locura; que se la queden ellos, aquellos que la crearon, nosotros no merecemos tal herencia. Yo no quiero trabajar, ni obedecer, ni pensar. No quiero ser, pero soy. Y en el interior del hormiguero, donde vendemos nuestras almas y nuestro tiempo, soy la obrera más orgullosa. Soy una nube errante que no tiene ambiciones y no busca fortuna y abraza su mala suerte.



martes, 29 de agosto de 2023

Vivo en desconcierto en esta vida extraña, augusta existencia que me reta a despreciarla cada mañana y con la que me reconcilio algunas noches. Cambios de escala y tonalidad; negro, gris y blanco lechoso, la dicha y la desgracia, caras de una misma moneda, idéntica alma con diferentes trajes de carne.

Cielo, tierra e infierno comparten habitación, angustias infinitamente variables en la telaraña de las calles, todo el mundo está aterrado pero todos trabajan por un objetivo. También el pobre o el suicida, ambiciosos y conformistas, artistas, mirones e incluso el rey de España (por extraño que parezca).

Y la frustración es el estímulo definitivo, hemorroides metafísicas en la conciencia del alma, una escalera ascendente que nunca sube, deseos que no conducen a ninguna parte. La seducción es el arte de engañar a los demás engañándose a uno mismo, es mejor mentir al resto que ser estafado, fascinación por el brillo de un universo de atrezo.


miércoles, 23 de agosto de 2023

Hay un bichito atrapado en el lavabo que da vueltas buscando la luz, olvidando la salida, y no le importa nada más, y no piensa en nada más. No sabe lo que necesita, sólo lo que quiere. Lo que quiere no le conviene, lo que le conviene no lo entiende. No es tan diferente del resto de seres, se encuentra más cerca de nosotros que nosotros de Dios, se parece a cualquier humano más de lo que cualquier humano se parece a Dios. Tampoco Dios hace grandes diferencias entre unos y otros.

Observo al diminuto organismo (con el cerebro del tamaño de una centésima parte de un grano de arena) desde las alturas, impasible, todopoderoso. Soy un halcón en el cielo, Seiduna en su torre, Kubrick sobre La Luna. No hay misericordia porque no es posible tenerla, no existen medios por los cuales ésta se transfiera. Sin pena, sin remordimiento, sin gloria. Qué le importa al vulgo el sufrimiento del gladiador en la arena, o al emperador de Roma los hombres que protegen la frontera del Danubio. Sólo números, polvo sobre el polvo del mobiliario antiguo, una estrella más o una menos en la bóveda celeste, nadie presta atención o se percata. Por otra parte, no se preocupa la Providencia del individuo, es una relación de ignorancia de mutuo acuerdo.


King Crimson - In The Court Of Crimson King (Full Album)

domingo, 13 de agosto de 2023

Elijo ser notorio en mi vida, existir sin miedos, alimentarme del aire, decir adiós a todo lo que me arrebaten o decida marcharse de mi vera. Escojo no apegarme, no vivir en renuncia, aceptar las circunstancias particulares de cada nacimiento y no salir de mi cuerpo hasta que así lo estipule mi archivo akáshiko.

Y las idas y venidas, las llegadas y las salidas, mis pensamientos y emociones, vienen y se marchan como maderos arrastrados por la corriente de un río. Nada permanece, así nada es permanente y ni siquiera una vida o un cuerpo tienen mayor importancia. Reconozco mi talento, advierto mi potencial y agradezco cada una de las lecciones que me enseñan mis buenas y malas experiencias. No tengo miedo pues nace de la duda y la ignorancia, mi alma ya fue redimida, y si bien no todo muestra su sentido oculto, los secretos del cosmos carecen de misterio aunque sus enigmas sean inconcebibles.

Mas aunque mis ojos puedan ver El Sol, aún son deslumbrados por su fulgor, y sin embargo pueda vislumbrar su presencia, así como su verdadera naturaleza, mi mente todavía se niega a aceptar la sencilla y oscura esencia de esta fragmentaria realidad. Pues aunque un sueño pueda ser en verdad fantasía, es una experiencia trascendental como cualquier otra sucedida en vigilia.

Mi sufrimiento es mío, yo soy su gran benefactor y aquel que alimenta su fuego, yo lo venero, yo lo oculto, yo lo siento. De las flores de la verdad emana un sagrado néctar que la juventud impide comprender y la vejez dificulta su disfrute, tan sólo un alma antigua encarnada en un cuerpo sano pudiera lograr deleitarse. Y el transcurso de los días, eventos, circunstancias e ilusiones son las únicas enseñanzas de las que se pueden aprender lecciones verdaderamente valiosas, sin embargo el tiempo es una trampa, la vida una jaula de oro y la muerte el mayor de los gozos materiales libres de pecado. A mí ya me queda tanto después de tan poco que la resignación llena todas mis copas, no deseo nada, ni siquiera acabar con este sufrimiento que templa en realidad mis frágiles nervios; en el dolor se halla la auténtica felicidad, en el fin se oculta el motivo del comienzo.


Ojalá existieran buenas y malas palabras, buenos y malos pensamientos, buenas y malas acciones; pues toda idea es inmoral desde un punto de vista científico, y ello nos hace a todos los más abominables de los seres. Tratar de cambiar el mundo es un intento por envenenar con nuestra ponzoña personal corazones ajenos, nunca se enseña a nadie, sólo se adoctrina; acontecer con el propio poder sobre la voluntad del resto: esa es nuestra misión en la vida, la naturaleza perfecta. Cada intento de frustrar la realización de una pulsión es más bien una mutilación del alma animal, cada pecado nos acerca más al purgatorio, envenena la mente, destruye el cuerpo. 


Y sin embargo un rato cada día tratamos de expiar la culpa, existen muchos métodos de purificación, la autoexigencia y la inmolación son mis preferidos. Por momentos siento que ceder es el único método de superar la tentación, sea del tipo que sea, el deseo se convierte en chiste, la seducción es un juego, la ambición un delirio. Hay que escoger entre la reminiscencia del gozo o la lascivia del remordimiento.


Pastillas y alcohol; alcohol y pastillas, amor sin sexo, palabras sin voz. No quieras tener lo que yo tengo, en verdad no lo tengo ni yo.


The Future Sound Of London - Yage (Full Album)

viernes, 11 de agosto de 2023

Hago las cosas que hago, no sé muy bien cómo, con algo de gracia, con mucho esmero. Entonces las plantas parecen más verdes, la luz más brillante y los humanos más personas, todo cobra un sentido que siempre pude ver pero al que nunca presté atención. Doy gracias por lo bueno y por lo malo, mi dicha y mi desgracia son caras de la misma moneda con la que pago mis pecados, y aun así me siento en deuda con el destino.


Cuántos trabajos de mierda me quedan hasta el último, cuántos días de sufrimiento insoportable restantes hasta que se acaben, cuántos Lunes más hasta el final. Otras personas piensan para actuar, pero sentir más allá de la lógica permite percibir espectros que los sentidos ignoran, creer en lo que los ojos dictan es supeditar el alma a lo material, y por tanto a la ilusión y al engaño.


Yo soy un espíritu que rige un organismo de carne y huesos, yo soy yo, yo soy este cuerpo, la forma que me envuelve, el recipiente de mi alma. Y todo lo demás es pura quimera, no siento nada y el pensamiento es la única estela que permanece en la nebulosa del tiempo. Vivir es una condena de aceptación.


Anderson .Paak & The Free Nationals - Live At House Of Vans London (Full Concert)

jueves, 10 de agosto de 2023

Deseo contarte mis más vergonzosos secretos, hacerme vulnerable ante ti, darte el poder de destruirme o elevarme a las estrellas. Te amo, brutalmente y casi por ningún motivo particular que yo mismo pueda comprender, sencillamente necesito estar contigo y abrazarte dulcemente hasta que nuestras estáticas se entrelacen. Pienso en ti como un don al que tal vez un blasfemo al culto del amor no merezca ostentar, pero yo cuento con mis artimañas personales, y con tan solo pensarte mi vello se eriza y mi sangre se coagula. El sentimiento se acopla a mi carne y puedo percibirte conmigo, apoyado tu cuerpo sobre el mío, tu voz destilada en mis oídos, y parece tan real.


El deseo no sólo es la fuente principal de los pecados, sino del sufrimiento en sí, de modo que como yo deseo en cualquier momento estar contigo siempre que te recuerdo encuentro pena y congoja. Mas resulta una sensación agridulce y ambivalente que llevo conmigo como una cicatriz de la que me enorgullezco.


Cualquier cosa que hago me susurra que sería más divertida compartida contigo, tu recuerdo es una sutil compañía como la sombra de mi cuerpo que me persigue, te llevo en mi corazón acunándote suavemente.


The Chemical Brothers - No Geography (Full Album)

miércoles, 9 de agosto de 2023

Qué imbécil, qué estúpido, qué ignorante arrogancia. Mis libros y yo, mi música y yo, mi pervertido mundo interior y el extraño exterior, donde suceden cosas que no comprendo a veces, y con el que no quiero inmiscuirme. Me excuso en mi soledad, me oculto en la incomprensión.

Siento fuertes deseos de abandonar mi palacio y entregarme al destino, es difícil escapar del suicidio como de cualquier otra creencia fundamentada en poderosos sentimientos. La renuncia, la despedida, el viaje. A Siddhartha le tomo toda una vida, y muchas otras más, en convertirse en El Buddha. Quiero huir del prestigio, la abundancia y la seguridad; no voy a alcanzar la iluminación, pero puedo acercarme a ella tanto como me sea posible.

Difícil permanecer en pie con tanta química en sangre, he aceptado la grandiosidad del fracaso, crees que te vas a morir cualquier día de estos pero ese día nunca llega. Y uno debe librarse de sus gozos, deseos, esperanzas y necesidades, casi dejar de ser quien se era, quemar los contratos invisibles que le unen al mundo y lanzarse al vacío antes de que este le consuma.


martes, 1 de agosto de 2023

Querría estar contigo, pasar las horas muertas contigo, divagar contigo, reír contigo, tomar café contigo, pasear contigo, dormir contigo, soñar contigo. Cualquier deseo pasado queda ahora eclipsado por la necesidad de tenerte entre mis brazos, acariciar tu pelo y oír el timbre de tu voz. Todos mis miedos existenciales, el rencor a esta sociedad enferma, las dudas sobre la propia vida y el ser se sienten resueltas o carentes de importancia cuando pienso en ti, como si fueses la solución a todas ellas.

Y pensarte es tan hermoso como contemplar el cauce de un río de aguas transparentes, pero no estar cerca de ti es desolador como no sentir el suelo bajo mis pies. No puedo soltar esta bella flor por mucho que las espinas de su tallo me hagan sangrar, esta ilusión, esta idea, la posibilidad de encontrar las puertas del cielo merece cualquier sufrimiento, cualquier dolor. Prefiero seguir observando el cielo pensando que ves las mismas estrellas que yo, que habitamos el mismo lugar y que no hay tantas cosas que nos separan. Prefiero pensar que el futuro aguarda a ser moldeado por nosotros mismos y que no existen palabras prohibidas para nuestro amor. Todo podría ser posible, todo depende de la voluntad.

Así sueño despierto, transporto mi pensamiento allá donde brille tu sonrisa y en la dirección a la que apunten tus ojos, para así sentir que nos miramos y que nuestras ondas cerebrales coinciden en amplitud y frecuencia. Me pregunto donde acaba porque no encuentro horizonte, me pregunto si puede ser considerado locura sentirte tan profundo, tan dentro de mí. No puedo rechazar este sentimiento, sería como negar mi propia sombra.


miércoles, 26 de julio de 2023

¿Te has percatado de que me estoy puto pillando de ti? ¿De que para mí no sale El Sol si no me haces pensar que puedes llegar a amarme? ¿De que mi apego se evaporará tan pronto como se condensó una vez que miles de kilómetros se interpongan entre nosotros? De qué vale una vida en la que no se pretende a morir, como cualquier otra cosa estamos destinados a caer desde el mismo momento en el que nos alzamos en contra del viento.

Así que estas últimas dos semanas han sido como un día especialmente largo, como una vivencia extraña y longeva, sintiendo la atmósfera sucia y autocomplaciente de una cancion pop californiana adolescente de los 2000s, incluyendo guitarras acústicas y versos de amor absurdo y todo eso. Me voy manejando ayudándome de pequeños apoyos que intoxican mi cuerpo pero mantienen mi serotonina a niveles óptimos, y no te culpo porque no estoy lo suficientemente loco para hacerlo, pero si lo estuviera al menos te exigiría que acabaras conmigo antes de que mi alma se pudra.

Por favor, me gustaría, que no te olvidases de mí tan rápido como yo he decidido guardarte en mi interior en una habitación especial que voy a cerrar con llave por algún tiempo. Y allí permanecerá tu recuerdo como un trofeo al más crédulo por ir andando por la vida con el corazón en la mano. Aunque yo siempre recordaré las cosas extraordinarias que me hiciste sentir.


lunes, 24 de julio de 2023

Cada madrugada al salir de tu casa siempre me encuentro con la misma cucaracha, el mismo camión de basura, las mismas personas sin hogar durmiendo en los mismos rincones. Sin embargo yo solo pienso en ti cuando estoy a solas y en tu compañía te deseo especialmente cuando nos observamos sosteniendo la mirada, y te acaricio y te beso lo menos posible porque sé que no me sientes del mismo modo en que yo te siento. No te quejas, no exiges, solo dices «eres tan desapegado», sin percatarte de que quisiera emplear cada uno de los latidos de mi corazón en hacerte más feliz.

Querría, haría, podría. Ser un poco más fuerte aun sabiendo que pronto te irás tan lejos y me olvidarás como un recuerdo que casi no llega a ser real, aunque yo ya he decorado mi pensamiento con tu sonrisa, tus ojos y tu ingenio. Si he perdido algo todavía no me percaté, si me has dado tantas cosas no creas que no atesoro cada momento contigo como si fuese una piedra preciosa. Es difícil comprenderte, desearía tener más tiempo para lograrlo, como un monje adoro dedicarme a descifrar el códice secreto que es tu mente.

Gracias a ti aprendo tanto y siento cosas tan profundas que despiertan en mí un puro interés por seguir viviendo que ya no recuerdo la última vez que experimenté, ojalá pudiese mostrarte mi devoción del modo que quisiera, pero tú no deseas mi amor.


Goldfrapp - Silver Eye (Full Album)

jueves, 13 de julio de 2023

Diosa Fortuna, deidad ciega y apática, yo que giro en tu rueda, aunque por pura indiferencia fuese, no aplastes mi frágil cuerpo y mi quebradiza conciencia bajo tus radios. No acabes con mi esperanza, no me seduzcas con tu azar. Mejor, eleva mi alma hasta lo más alto y nunca la dejes caer, infunde en mí el valor que necesito, hazme desprenderme del apego inocuo y arrebátame toda inútil posesión y ego. Pues me fabricaron con carne, mas la energía que me impulsa no es de naturaleza ordinaria, sino que proviene de eones atrás y es tan sagrada y dispar como el primer rayo del alba.

El presente es un momento constante y ambiguo que se abre paso a través de las neblinas del tiempo, nada nace, nada muere, todo permanece transmutando. Y sin embargo, de algún modo extrañamente pragmático, los engranajes del Universo y la existencia continúan funcionando cual maquinaria industrial bien engrasada, en la que cada evento establecido, así como la singularidad más insólita, guardan un sentido y un valor alejados de la comprensión humana. ¿Es acaso desolador no comprender el motivo ni el modo en el que todo funciona y sigue hacia adelante? ¿Es menester sublevarse ante el suplicio de la incertidumbre y la lógica? Todo el cielo nocturno observo y solamente desvelo encuentro, y la duda se siente como el más agridulce de los consuelos.


Talking Heads - Remain In Light (Full Album)

martes, 11 de julio de 2023

Aprende de tus errores y usa los de los demás en su contra, el mundo es una jungla, todos tenemos necesidades insalvables; por desgracia no todo empieza, pero todo acaba. Mientras mi alma acompañe mis sentimientos no podré arrebatarle nada, es la señal que envía la Providencia para indicar el camino correcto. La pobreza y la ignorancia alimentan su propia razón, existen pocas cosas sagradas en este mundo, la verdad descansa en la mirada de aquellos que ven sin odio.

En una terraza de bar bañada por rayos solares, en el interior de un polvoriento almacén repleto de muebles viejos que nunca nadie volverá a querer, sobre las faldas de una montaña solitaria rodeada de muchas montañas solitarias; allí descansa un pensamiento. Y las personas beben y fuman, y caminan y joden entre ellos y consigo mismos, nadie encuentra nada pero todos buscan algo para tener cualquier cosa. Poseído por mis posesiones y mis sentidos, estoy hecho de carne y hay muchas cosas más grandes que mi cuerpo y otras tantas más diminutas, aunque el alma es intangible e inmortal. Entre las brumas de ideas serpenteo, nada es verdadero y cualquier sorpresa espero, la realidad es un puñado de suposiciones, los muertos dicen más que los vivos.

Si se marcha un sentimiento enciéndele una vela para no sentirte solo, para iluminar el camino de vuelta, para que el olvido ya no duela.


Amon Tobin - Bricolage (Full Album)

lunes, 3 de julio de 2023

Y cuando en la desgracia te creces, en la virtud desmereces; poco o nada son la misma cosa, bastante se siente escaso, demasiado nunca es suficiente. El éxito es una idea personal como el paraíso o la venganza y rara vez resulta lo precisamente perspicaz, aun con todo, cualquier cosa contradice la suerte, entonces no existe verdad que un cerebro hecho de carne pueda abordar: sólo ideas, resúmenes, conjeturas amargas que ahogar en pestilentes vapores que emanan de cuerpos sudorosos o en humos que desprenden sustancias adulteradas.

Drogarse para hallar consuelo, drogarse para celebrar, drogarse para que algo ocurra. El amor es un prejuicio y todos los profetas mienten, si alguien conociera el motivo de la eternidad lo vendería por dosis individuales en los supermercados. Y sin embargo, todavía, me intoxico con los inciensos del templo y rezo cánticos antiguos a figuras de oro, por si de alguna manera una fe ciega y adulterada pudiera salvarme de mi próximo castigo.

Duermo mejor cuando siento que todo está perdido, nada que hacer, nada de lo que preocuparse o arrepentirse; si la evidencia tuviera forma sería transparente para que nada pudiera reflectarse sobre ella, sino atravesarla. Vivir es gratis y obligatorio, es un dulce consuelo conformarse con tan poco.


martes, 27 de junio de 2023

Mil millones de Brahmas han de nacer y morir, en este y en otros universos, para que mi alma tuviera la remota posibilidad de ascender a los planetas celestiales, y sin embargo es tan sencillo perderse en los laberintos de la materia y su ilusión que todo ese tiempo puede ser en vano. Cuánto más o cuánto menos, un paso hacia adelante y dos hacia atrás. Una espiga de trigo no es movida por el viento si no es por voluntad del Señor, aunque éste permanezca neutral a cualquier reacción de la naturaleza o del Universo.

Hay flores que crecen entre las esparragueras sorteando sus espinas, no son tan distintas al resto de nosotros, quizás sepan más. La melancolía y la alegría se fusionan formando uno en tal mezcla heterogénea de la que siempre quise huir y nada cobra entonces sentido, no el suficiente para que un hombre comprenda el motivo de su situación en el mundo.


Pharoah Sanders - Journey To The One (Full Album)

martes, 6 de junio de 2023

Y hay un dolor tan extremo, tan profundo, que ni siquiera las alarmas me hacen despertar de él. Tomo drogas, me hacen sentir mejor, no estoy en casa, una casa que no puedo pagar, y me siento la persona más libre del universo cuando hablo por medio de los demás.

miércoles, 31 de mayo de 2023

Al borde de la muerte te sientes libre de todo apego, te separas de los frutos de tus buenas y malas obras, encomiendas tu alma al destino por pensar que siempre actuaste del modo que dictó tu conciencia. Eso debería ser suficiente o más que suficiente. Y te sientas en silencio en una habitación oscura dando la bienvenida a la sin razón y al vacío, tratando de averiguar el origen de tu alma, pero no encuentras nada. Sin preguntas no hay respuestas, sin ideas se acaba el mundo.

Y dado que confiar en una muerte segura es lo más similar a morir, tú ya has muerto muchas veces. En el tren, en el trabajo, en la cama de un amante olvidado; cuando terminas lo que fuiste a hacer te levantas y caminas de vuelta a casa, aguardando la próxima ocasión en la que llamen a tu puerta con malas noticias.

Entonces ya no sabes en qué volcar tus energías, todo se vuelve soez y anodino en esta vida y sólo piensas en la siguiente, como si de un juego de mesa casi eterno se tratase. Esperando, siempre esperando que la vez siguiente que tu espíritu se encarne sea la definitiva, aunque nunca resulte serlo. Mas no deseas el placer de la carne, sino una libertad en rebeldía poco más que imposible, ese es el mayor pecado y la mayor ambición y por ello aquí te hayas.

Y si no eres perfecto eres aburrido, tanto como cualquier otro que no entiende o no quiere entender, y así te enredas en esta existencia material confiando en ser especial, excepcional, único; pero nada te diferencia del resto, tan sólo ves cosas que los demás no. No mereces nada si no contemplas a cualquiera como parte de ti, no trasciendes en nada a no ser que comprendas lo que viniste a hacer aquí. A fin de cuentas tu misión es mucho más sencilla de lo que esta ilusión te hizo pensar.

Como una confusión, un espasmo, un impulso es todo lo que somos, hay un páramo extenso y abierto, pero sólo hay un camino posible. La muerte y la vida son lo mismo observadas desde distintas perspectivas.


Peach Pit - Sweet FA (Full Album)

lunes, 29 de mayo de 2023

El pozo de la existencia

Me miró directamente tratando de encontrar sus ojos con los míos, pero yo seguía fijando mi atención en la pared del edificio. No te acostumbres a vivir así, tienes que esforzarte por sentirte bien, me decía. Pero para entonces ya hube aceptado una nueva manera de sentir la realidad, un modo distinto de percibir y lidiar con el entorno, pues sentimientos tan básicos como la tristeza o la ira ya casi no significaban nada, aunque pudieran influir poderosamente en mí. Era complicado no amoldarse a ello luego de tantos años, si no imposible volver a entender la existencia desde un plano similar al anterior.

No tenía verdadera intención de acabar con mi vida, poco tiempo antes había decidido ponerla en manos de Dios, el destino, el Brahman Supremo o la Divina Providencia (quien quisiera encargarse), acatando así cualquier sufrimiento que volcara sobre mi alma. Sin embargo estaba por completo seguro de que permanecería en ese cuerpo no por mucho tiempo, aunque la muerte en sí misma resultaba lo menos preocupante, en mi interior sí que me destruía por anticipado el dolor que podría causar en aquellos a quienes amaba. Me sentía roto en mil pedazos y cada día era un combate contra la melancolía más afilada y amarga, un vacío oscuro y desprovisto de luz y color al que observaba día y noche, minuto a minuto, alimentando así una agonía que sin duda me convertía en mártir supremo de la nada absoluta.

¿Estaba perdiendo la cordura? Era difícil de averiguar, pues todo baremo con el que medir o conjeturar acerca de mi estado mental había simplemente quedado obsoleto, como quebrantado, roto, inútil, desaparecido. Nunca antes las tinieblas del pensamiento se habían disipado ante mí tan formidablemente, podía ver casi a través del tiempo y el espacio, más allá de dimensiones imposibles superpuestas unas sobre otras en finas capas adoptando cobijos y formas cuánticas. Las circunstancias me situaron en ese plano del entendimiento mucho antes de ser capaz de despegarme de la carne y de la recompensa de las actividades fruitivas. Me estaba sumiendo lentamente en una especie de lúcida locura en la que me dejaba sumergir sin oponer resistencia, sin ser del todo pragmática, dejaba conscientemente de ser yo, tal vez para fundirme con el todo o viajar en espíritu a planetas celestiales de realidades lejanas.

Había decidido no poner fin a mi vida, ya que al fin y al cabo el cuerpo material se deshace con el tiempo, pero el alma espiritual es inmortal, intangible e inevitable. Cualesquiera que fuesen mis pesares, habría de enfrentarlos tarde o temprano, así como los evité durante millones de vidas pasadas también me perseguirían en las millones posteriores.


John Frusciante - The Empyrean

jueves, 25 de mayo de 2023

El Coño Flotante

Casi todos los hombres de la aldea trabajaban en la mina, había sido levantada con objeto de dar cobijo a los trabajadores y a sus familias, poco a poco el negocio prosperó y más y más inversores querían su parte del valioso carbón que se extraía, por lo que el asentamiento creció a marchas forzadas en pocos lustros. Mi padre también fue empleado de la mina, hasta que un fatal accidente se lo llevó a la otra vida junto a un amplio número de compañeros. En semejantes condiciones, entre páramos y altas montañas y aislados del resto de la civilización, muchas madres morían de melancolía unos años más tarde de la pérdida de sus maridos. De ese modo los niños huérfanos teníamos que ocupar el puesto de nuestros progenitores o aceptar la muerte (o la miseria en su lugar), por suerte yo ya tenía nueve años cuando mi padre falleció, así que aceptaron, no de buena gana, que le sustituyera. Con frecuencia desempeñaba las peores tareas, cobraba el peor sueldo y trabajaba más horas que los adultos, pero me sentía feliz de tener la posibilidad de seguir adelante gracias a mi propio esfuerzo. Dios me había dado otra oportunidad.

Una noche helada del Invierno más frío que pude recordar, mientras me dedicaba al mantenimiento de las maquinarias de elevación del material extraído de las entrañas de la tierra, me mandaron al pueblo, a unos dos kilómetros de distancia de la mina, para comprar algo de comida para mí y el resto de compañeros del turno nocturno. Me dirigí presto como un perro obediente a la posada y el tabernero ya tenía preparada las raciones, como era de esperar, pues en un lugar como aquel ni siquiera la muerte alteraba el sagrado orden establecido por la rutina que nos envolvía a todos sin excepción. De regreso, subiendo la enorme y empinada cuesta, que servía como nexo y frontera entre el pueblo y la mina, pude vislumbrar por unos instantes un fogoso destello ocultarse entre las nubes mientras descendía a gran velocidad. Cuando llegué a la mina, corriendo como un loco, traté de explicarle a los hombres lo que había visto, pero algunos no me creyeron y el resto sencillamente no prestó atención. De algún modo, aunque sabía que me arriesgaba a recibir una paliza, me escabullí de mi puesto de mantenimiento y salí a cielo abierto tratando de encontrar esa luz. Para mi sorpresa se encontraba a unos cientos de metros justo sobre mí, distinguí que se trataba de una figura humana que flotaba como si se sumergiera en el agua. Me percaté, en un cálculo mental veloz y casi instintivo, de que la trayectoria de su vuelo llevaría aquel cuerpo justo hacia el interior de uno de los agujeros de la mina que conducía directamente a galerías abandonadas años atrás, que daba la casualidad de ser uno de los más profundos y peligrosos, pues muchos mineros murieron en su interior a causa de alguna veta abierta de gas tóxico.

Lancé mi casco y mi cinturón de herramientas al polvoriento suelo repleto de hollín y corrí tan rápido como pude al encuentro con lo que pensé que podía ser un ángel. Pobrecito, pensé, le han echado del Cielo y por si fuese poco va a aterrizar en uno de los lugares más solitarios y contaminados del planeta. Llegué a tiempo con sólo unos metros de ventaja con respecto al cuerpo flotante antes de que éste se introdujera en el agujero, me encaramé a una vieja y oxidada verja colocada alrededor del propio foso para impedir que los borrachos cayesen dentro, estiré mi cuerpo tanto como pude hasta que crujieron mis vértebras y agarré el extraño atuendo del humanoide flotante. Entonces di un tirón y lo atraje hacia mí, no pesaba casi nada, y de nuevo me pareció que aquel cuerpo se movía por el aire como si este fuese un denso fluido que le permitía ser arrastrado por la rivera de un río. Cuando ambos nos encontramos sobre el suelo sólido fuera de peligro sostuve el cuerpo en brazos, toda la piel resplandecía como el oro alumbrado por la luz del Sol, pero era particularmente un collar que colgaba de su cuello lo que emitía un destello casi cegador y una energía que sin duda le permitía flotar de aquella manera, como si no tuviera obligación de lidiar con la gravedad. Unos segundos después toda luz o reflejo se esfumó de su cuerpo y pude ver que se trataba de una chica más joven que yo envuelta en un vestido azul de una sola pieza, con un largo y denso pelo negro y un colgante cuyo talismán tenía forma de lágrima y lucía un extraño y exquisito símbolo tallado en él que jamás había visto antes. A continuación perdió toda capacidad de levitación y sentí todo el peso de su cuerpo caer sobre mis brazos, lo que casi me hizo retorcerme directo al suelo mientras aún la sostenía a ella. Su rostro era hermoso, y aunque se encontraba inconsciente, su expresión era de extrema melancolía. Comprendí que ser expulsado del paraíso nunca es fácil. Dejé su cuerpo al resguardo del frío en el interior de una de las casetas exteriores en las que guardábamos algunas herramientas, lo tapé con cariño y delicadeza con una manta y fui a por mi cena para dejarla a su lado por si despertaba. ¿Se alimentarían los ángeles de comida humana?

Al regresar a mi puesto, gracias al cielo, nadie había reparado en mi ausencia, por lo que terminé mi turno con tranquilidad. Cuando ya casi amanecía me dirigí al depósito de herramientas y allí estaba ella, todavía dormida y más pálida si cabía. Como no había médico ni nada parecido en el pequeño pueblo y las familias que quedaban no querían (ni podían) hacerse cargo de las fatalidades que a los huérfanos nos hostigaran, me dirigí con ella a mi destartalada casa en la que vivía solo desde la muerte de mis padres. La tumbé sobre la antigua cama del dormitorio principal, de nuevo dejando la ración de comida a su lado y yo mismo me fui a dormir tan agotado como una mula. Cuando fue pleno día desperté y me asomé a la habitación donde el ángel descansaba, seguía sin dar señales de conciencia, así que comprobé su temperatura corporal y el pulso, todo parecía estar en orden. Estaba acostumbrado a socorrer a compañeros en las minas que perdían el conocimiento por toda clase de accidentes, me enseñaron a como identificar todo tipo de lesiones internas como derrames o roturas de huesos, pero examinando el yerto cuerpo no pude hallar ningún tipo de complicación. Simplemente era una chica dormida en un profundo sueño, incluso su respiración parecía normal, aunque esa mueca de tristeza desesperada seguía marcada en su cara. Me partía el alma, me hacía sentir terriblemente triste y bendecido, como aquel al que se le encomienda una misión sagrada que por otro lado sólo puede traer penurias.

Salí al exterior de la casa, trepé por los barrotes de una ventana y subí al tejado para tocar la trompeta. En ocasiones algunas aves estacionarias parecían disfrutar de la música y volaban sobre mí dibujando amplios círculos en el aire. El ángel se despertó y me llamó por mi nombre, la invité a escalar hasta mi posición y comenzamos a hablar en una lengua muerta que comprendía pero no recordaba. Me contó acerca de sus orígenes y el pasado de su pueblo, una sociedad y cultura perfectas en las que el hombre había adoptado una vida tranquila y pacífica basada en la iluminación espiritual. Por alguna razón, que ella no podía definir con total seguridad, un evento catastrófico la obligó a huir del lugar y dejar a su propia familia, decía con lágrimas en los ojos. Entonces agarré sus manos con las mías y las puse muy cerca de mi pecho, y le aseguré que desde aquel momento no pasaría un solo día en el que no le prestaría mi ayuda para que lograse estar de vuelta a casa. Fueron las palabras más sinceras que pronuncié en toda mi vida.


sábado, 13 de mayo de 2023

Nunca pensé que esta vida pudiera ser así y tan llena de altibajos, noches de farra con aquellos a quienes llamé amigos cuyas caras y expresiones ya casi no recuerdo, drogas nuevas que te enseñan lo débil que es la carne, sexo en la cocina con mamada y corrida facial incluida, alucinaciones y episodios maníaco-depresivos, pensamientos obsesivos de muerte. Vivir sin dinero, sin amor, sin confianza en uno mismo o en nadie más, sabiendo a la perfección que algún día la miseria más extrema caería sobre mí como una espada de Damocles pendiente de un hilo invisible que nadie sostiene. Siempre lo supe en el fondo de mi corazón, jamás logré olvidarme por completo de esa sensación frente a la peor de las expectativas, y ahora se ha hecho realidad. Por fin he comprendido que todos los acontecimientos de mi vida pasada (y de mis vidas pasadas) redundan en este preciso momento, un instante que casi se escapa de la percepción, ahora sé que estoy acabado y no voy a fabricarme de nuevo. Vivo en rebeldía con el universo y su orden sin tiempo y fuera de cualquier ley, vivo muerto en vida porque vivir y morir son exactamente la misma cosa, como el individuo y su reflejo, copias perfectas de sí mismos pero invertidas.

El brillo de las luces del club, el humo de los porros, la cocaína fina como copos de nieve amarga, los viajes al extranjero, las aventuras, los grandes planes que nunca se llevan a cabo, los sueldos, los impuestos, los sueños de unos y otros, el sexo callejero, la envidia, el miedo a quedar solo, el rencor, la adicción, el puto Alejandro Magno y los reptiles gigantes del Cretácico; todo por mí y por este segundo eterno.

La cabeza dentro de un saco de tela, los cojones guardados en una bolsa plástica, el ego en la cartera; por si acaso me roban cualquiera de esas cosas, para que nadie salvo yo mismo pueda usarlas en mi contra. Y ni mi mierda de música, ni mis relatos, ni mis dibujos; tampoco todo el trabajo que supone la existencia, ni siquiera la manera en la que camino sosteniendo el cielo y las estrellas con mis hombros o todo lo que hube de soportar hasta el momento cuentan nada de valor. Se evaporará como la más brillante y precisa de las revelaciones. Todo por lo que tratamos de mantener erguido se derrumba. Dime si no es una maldición haber creído distinto.


Jethro Tull - Aqualung (Full Album)

domingo, 7 de mayo de 2023

Y ni los cajeros del súper, ni los amigos que tuve, ni los de mi sangre saben del azul azul tan azul oscuro casi negro sentimiento que colma mi corazón cada mañana, tarde y noche. Y tal vez los animales que viven en la calle puedan comprenderlo sin necesidad de vestir mi disfraz, pero aun así ellos siguen adelante, yo solamente no me ahogo porque el alma tiene la cualidad de flotar. Entonces veo toda la miseria del mundo y es un reflejo de la mía, me lleva consigo como una corriente de aire caliente, me eleva hasta el cielo y me deja caer. Me dejo caer.

Existe un abanico extenso de emociones casi infinitas que yo permito penetrar en mi cuerpo cual torrente mortecino, cada ápice, cada matiz, cada centímetro cúbico me propongo a analizarlo. ¿Y si ya nací enfermo? ¿Y si mi enfermedad es vivir en rebeldía? ¿Y si me pensaba con la más poderosa de las voluntades pero estaba equivocado? Y si lo intenté con todas mis fuerzas, aunque fuesen pocas, y los demás pensaron que no di de mí lo suficiente. Mártir o villano, amigo traidor de aquellos que me amaron, me amaron como no debieron haber; fue su error y mi castigo. El amor sólo con amor se paga, nada se me debe y yo tampoco debo nada.

miércoles, 26 de abril de 2023

Los días que pasan tan lento, o tan rápido, que ni siquiera me doy realmente cuenta de cuando el planeta ha dado otra vuelta completa sobre sí mismo, ahora que soy más pobre que nunca y a veces siento mi cuerpo tan desnutrido pero alimento mi alma con sueños que la mayoría no comprende. Y poco importa mucho, casi ni lo suficiente para preocuparme, aunque siempre estoy en tensión y sufriendo me he percatado de que la ausencia de dolor es lo más similar a la felicidad, que olvidar por unos instantes es el único alivio. Cuando busco que tu carne envuelva mi carne, cuando asalto tu sonrisa cual urbe amurallada sólo para robarte un beso, aun siendo de mentira, aunque sospeche que no lo permitirías de no ser por la droga. Es el único consuelo, jugar con la ignorancia porque saber demasiado, o demasiado intensamente, es lo que atrofia mi cerebro y mi pensamiento.

Para esta enfermedad no existe cura sino tratamientos paliativos; la desidia, el desengaño y la soledad eran parte de la letra pequeña del contrato, cuando vuelvo a ver El Sol asomarse pienso que he sobrevivido a otra noche. Esta pena nunca se irá, permanecerá ligada a mi alma como tinta bajo las capas superficiales de la piel, ahora que no confío en nadie, ni siquiera en mi propia sangre, tengo menos ganas que nunca de seguir intentándolo. Ahora que sé empíricamente que el amor y la amistad son una fantasía, como sillas de atrezo que no soportan mi peso, tengo menos esperanzas que nunca de poder lograrlo.

lunes, 24 de abril de 2023

No existe la traición porque no existe la lealtad, sino la necesidad de control sobre el comportamiento ajeno. Así que no esperes nada, no creas en nada, las palabras se las lleva el viento y los actos de amor tienen el valor que un observador quiera darles. Si tienes miedo de actuar con generosidad es porque esperas algo a cambio, si actúas con generosidad cuídate de no hacerlo por esperar algo a cambio.

No soy libre, sí dueño de mi cuerpo y mi alma, así también de mi destino. Es lícito pedir una señal, pero Dios no es como una valla publicitaria o un televisor, no es digno que te envíe señales todo el tiempo. De lo contrario no tuvieras que lidiar con este mundo falso y en tres dimensiones, estarías en algún planeta sagrado donde no existe la enfermedad ni la miseria, tal vez sentado junto al regazo de un gran espíritu.

jueves, 20 de abril de 2023

Las flores son para los que ya han vivido demasiado, para quienes sufren, para gente hermosa y en especial para los muertos; que siempre son los más amados. Hoy soñé que me regalaban muchas flores y las personas que me amaron se reunieron en una tétrica habitación para llorar juntos, y yo trataba de abrazarlos y consolarlos pero no podía tocarlos ni ellos verme a mí, sintieron remordimientos y yo sentí pena. Entonces comprendí que me tomó tan por sorpresa como a los demás. ¿Quién tuvo la culpa o la responsabilidad? ¿Qué hechos me incitaron a hacerlo? Preguntas sin lógica, respuestas inexistentes.

En sueños rememoro una y otra vez momentos que desearía olvidar, ya no sé cuándo estoy soñando y casi hallo más descanso en la vigilia, al menos acepto lo que mis sentidos creen que es real. No duele mi carne, sino mi alma, no hay pastillas que calmen ese sufrimiento, no existe medicación que extinga mi sofoco.

A la postre hube, sin malicia, de generar más miseria en aquellos que me amaban en vida de la que yo mismo traté de librarme con la muerte. Fracasar no es trágico, ser humano sí lo es.

domingo, 16 de abril de 2023

En mi cabeza he renunciado a todo un millón de veces pero el deseo siempre vuelve, se apiadan de mí las musas, es un consuelo. De día esperanzado y somnoliento, de noche tengo miedo de no volver a ver El Sol y cuando sale de nuevo pierdo el interés. Ya no quiero compartir este amargo vino, prefiero que se aburran de mí a que huyan de mi locura, es menos doloroso cuando les arrebatas la culpa. Para ellos, pero para mí, que ya no quiero sentir nada, es una lucha constante contra problemas sin forma, bajones sin motivo, lógica sin razón. Aún me sigo sorprendiendo, a veces toca frotarse los ojos, no podía esperar tanto dolor, no cabía en mi imaginación. De haberlo sabido habría hecho igual, porque no sé de otra manera. Me gustaría creer que ya no puedo más, pero sí que puedo, por desgracia, tantísimo más.

Lo siento. Lo siento mucho.


L'Impératrice — Tako Tsubo (Full Album)

Fucking mental

I dreamt I was a drummer when I woke up in my bedroom, an alien was trying to get into my flat, I was so lonely I let them in.


—You okey? —They said.

—I don't know how long I'm gonna resist. I think I'm going to die.

—Time doesn't exist. Life and death are the same thing.

—I know. It hurts anyway.

—You are delusional.

—I know. It hurts anyway.


So we both stay in there for a while, looking at each other, getting bored.


—Hey man, I feel frazzled. —I said.

—You need to get laid. It's all psychological.

—I need to get some sleep.

—You want me to leave?

—Yes, please.

—But I've always been with you. You know that, don't you?

—I do.

—Alright. See you in your next hallucinosis.

—Okay, man. Thank you for taking care of me.

—No worries.


And they disappeared in front of my eyes, but remained around. I went back to bed, stayed slept for a month until all my problems got solved by themselves. Never got happy again, nor sad.


Larry Ridley - Sum Of The Parts (Full Album)

jueves, 13 de abril de 2023

¿Tú sabes lo que cuesta vivir sin trabajar? ¿Depender del dinero sin dar palo al agua? ¿Pagar un alquiler, facturas, drogas, la suscripción de Netflix y todo eso siendo un puto vago? Na. Esto es un arte, bebé. Y aunque es realmente horrible vivir con la casi constante sensación de que cualquier día puede ser el último, sé que es mejor que sencillamente estar seguro de ello. Eventualmente es fácil, por lo general no.

En la terapia de hoy mi psiquiatra ha empleado el término "paja mental", ambos nos hemos reído, la vida resulta en ocasiones más simple que una servilleta de bar plegada. Sesenta y siete años después de un nacimiento terminará la vida en un cuerpo, conocer el destino evita preocupaciones, aunque solo se aprende de una experiencia vital en este planeta eligiendo enfrentar el dolor, no evitándolo. No es mucho tiempo pero puede ser suficiente, un poco es siempre mejor que nada, pero nunca demasiado.

Cuanto más lucho contra la depresión más cerca me siento del Señor, Dios, Govinda, Krshna, Visnu; por lo que este sufrimiento es más bien un placer, una bendición disfrazada de maldición, un camino escondido a las almas menos nobles. Podría ser que en la vida de todo hombre hubiera de existir un gran fracaso, cualquier clase de asunto turbio que equilibrase todos sus éxitos. En esta vida hay que creer en algo, por lo tanto mejor creer en lo correcto.


lunes, 10 de abril de 2023

Espuma De Escupitajo

Desperté muy temprano, aún amanecía, ella se vestía frente a las cortinas mientras yo, tumbado sobre mi cama, contemplaba su silueta envuelta en una densa sombra. Simulando dormir deseé que se marchase sin despedirse, pero cuando una vez se hubo vestido, entre la penumbra su brazo alcanzó mi hombro y pronunció mi nombre en un tono alto y condescendiente. Yo hice caso omiso girando mi cuerpo hacia la pared, interpretando mi papel. A mis espaldas ella hizo algunos ruidos extra, como encender su teléfono, remover el interior de su mochila o dejar caer los zapatos delante de la silla en la que se sentó para calzarlos. Entonces yo hice como si despertase.

—¿Ya te vas? —Pregunté tratando de que mi voz sonara como recién despierto.
—Ya me voy. —Pude deducir cierto rencor en su mirada.
—¿Te ocurre algo? ¿He hecho algo malo? —Pregunté con la mayor de las sorpresas. Yo estaba fingiendo y ella lo sabía, también sabía que ella sabía que yo lo sabía.
—Más bien es lo que no has hecho. —Dijo colgándose la mochila a un hombro.
—Bueno, ¿y me lo vas a reprochar?
—A ti te han dado muy poco cariño, ¿verdad? —Sentenció mientras salía del dormitorio.
—Verdad.

Se marchó cerrando la puerta de mi habitación y luego la de casa, ambas con sendos golpes muy sonoros. Yo seguí descansando en calzoncillos unas cuantas horas más aprovechando que por fin me había dejado solo, acurrucado en mi nido infinito de mantas, escondido en mi sueño, allí donde nada podía herirme, ni siquiera yo mismo.

Horas más tarde desperté con el estómago vacío y malas sensaciones extrasensoriales, pero ese solía ser mi estado habitual, pasaba por episodios de despersonalización varias veces cada día. Mi psiquiatra decía que le preocupaba que fuese síntoma de psicosis, yo le decía que esos momentos eran preciados para mí porque no sentía dolor. Engullí un churrasco de pan seco y duro, un traguito de agua, encendí un porrito y salí a la calle. Había una amplia avenida, gente caminando de un lado a otro, en el cielo los aviones, un tipo tirado en mitad de la acera, su postura resultaba de lo más antinatural que existe. Nadie prestaba atención salvo para evitar pisarle. Este mundo es un mundo oscuro, pienso.

Me acerco y le digo hola, le pregunto como se encuentra, si habla mi idioma, si le puedo ayudar; pero parece que ya aceptó su suerte. Difícilmente acabamos encontrado una manera satisfactoria de entablar comunicación a base de gestos, breves palabras repetidas una y otra vez y gruñidos. Entendí, por lo poco que dijo, que se había caído muy temprano por la mañana y no había podido levantarse. Nadie le había ayudado a hacerlo durante horas. Agarré su brazo y cuando gimió en sentido afirmativo ambos hicimos un esfuerzo y levantamos su decrépito cuerpo hasta que se mantuvo en pie por sí solo ayudado con un bastón. Caminamos a un banco donde pudiera sentarse, su gorro y su abrigo tapaban su rostro y su cuerpo, sus movimientos eran torpes y temblorosos y aun cuando su cuerpo reposaba sobre el asiento en buena postura seguía mostrando una forma enferma y bizarra.

Compré algo de comida y bebida para que se repusiera ya que me dijo que llevaba dos días sin comer. Mientras abría la bolsa donde estaban los alimentos se emocionó y comenzó a llorar, como tremendamente conmovido porque nunca nadie ofrece misericordia a cambio de nada. Yo también sentí un remolino de emociones, sentí pena de él, de mí y del resto de seres humanos que sólo se tienen a sí mismos.

—Hay gente tan desgraciada que su suerte no les deja preocuparse por los demás.
—Dios te bendiga, niño. Eres un ángel. —No le corregí. Yo no tenía nada de angelical y parecía que Dios había perdido interés en mí.

Me contó que tenía un hijo con algún tipo de enfermedad congénita bastante chunga, una madre de noventa años y nadie que le pudiera ayudar. No entendía completamente la mayoría de cosas que decía, en realidad, su triste alma se derramaba de su cuerpo a cada gesto, a cada palabra. Continuamos un rato allí, la gente observaba de paso, todo el mundo miraba al menos durante unos segundos aquella escena. El tipo pareció relajarse y cuando lo vi más repuesto nos despedimos con un abrazo y ofrecimos mutuamente los deseos más sinceros de salud y prosperidad. Mientras me alejaba pensaba en los escasos impulsos de bondad espontánea entre humanos, como uno de los instintos más maravillosos de nuestra especie que algún día tendríamos que reconquistar.

Seguí caminando, tenía que hacerlo, pasear formaba parte de mi rutina diaria para mantenerme estable mentalmente. De algún modo en los últimos años me había sumido en un oscuro pozo de depresión, ansiedad y un trastorno obsesivo que no habían diagnosticado con total seguridad, por consecuencia me volví dependiente a los ansiolíticos y a los antidepresivos. Pasaba muchísimas horas todos los días trabajando con mis ordenadores y máquinas en mi maravilloso proyecto artístico, ese que debía otorgar el reconocimiento absoluto de la crítica y del populacho al autor de una obra tan brillante. Lo cierto es que nadie me conocía como artista y yo no hacía nada para que no fuese así, sin embargo me alimentaba de mi propia ambición, la de superarme a mí mismo y disfrutar del proceso de creación, aunque arduo y en absoluto rentable económicamente. A fin de cuentas, el arte como método de expresión y transmisión de mensajes constituía para mí una especie de religión sin nombre, una fe ciega hacia el propio Universo que se inclinaba ante mí y me permitía hacer cosas extraordinarias. Llegué a la conclusión de que no había en absoluto diferencia entre la obra que es expuesta y genera cambios en el mundo a la obra que se quedaba en un cajón oscuro para toda la eternidad. Como tantas otras cosas, lo que mi trabajo pudiera crear en el mundo me daba igual, casi nada me resultaba importante salvo librarme de la obsesión por el suicidio y la muerte. Habría dado cualquier cosa a cambio de tranquilidad, esa resultaba ser la única y más costosa ambición que puede atormentar a un hombre. Irónica es la vida como irónica es la muerte.

Yo era un pobre que caminaba por las calles de su ciudad, su asquerosa ciudad, había vuelto a ella como vuelve un criminal a la escena del crimen. Aunque no había tanta diferencia entre tener dinero y no tenerlo, mientras confiara en que la vida es un juego todo iría bien, de no ser así un enfermo mental como yo no habría sobrevivido a aquellos años. Sin lugar a dudas algún tipo de providencia me ayudaba, probablemente también a muchos otros, deseaba que fuese así con todas mis fuerzas. Se puede vivir sin dinero, sin comida, sin casa e incluso diría que sin amor, pero no sin esperanza, yo alimentaba la mía como un fuego que lucha por sobrevivir bajo la lluvia.

La gente no era mala, cada uno intentaba con todas sus fuerzas hacer el bien, pero es complicado encontrar la verdadera idea del bien y todavía más actuar conforme a ella. La humanidad lo llevaba intentando durante eones, ¿cómo iba un solo hombre a lograrlo en una vida? Seguí paseando sin rumbo, dejándome acariciar por los rayos de Sol que asomaban por entre las hojas de los árboles de la avenida. Cruzando una esquina vi a una muchacha de mi edad que caminaba en mi misma dirección unos metros más adelante, escuchaba música con auriculares y lo estaba sintiendo bien fuerte, su cuerpo se movía con delicadeza y estilo así como sus brazos, que ondulaban como banderas movidas por el viento. No sólo podía ver la estela de energía que su aura desprendía a su paso, sino que pude percibirla como si fuese una corriente de aire caliente por la que planear como un pájaro. Me llamó la atención y la seguí, su contoneo inspiraba en mí cierta alegría, no pude ver su rostro pero sin duda estaba sonriendo. En algún punto la perdí entre el gentío, desapareció igual que vino, como una alucinación que trata de contar algo que nunca comprendo del todo.

Entonces sentí hambre y decidí entrar a un supermercado, en las puertas había tres adolescentes que estaban recibiendo tremendo sermón del segurata.

—A lo mejor os creéis que esto es como Argentina o El Salvador o de donde coño vengáis, pero no podéis venir a robar día sí y día también. Como si no pasara nada por robar comida. —Su mirada y sus gestos rebosaban desprecio. 
Pues esta vez ya me habéis cansado, siempre montáis la escena cuando es mi turno, así que ahora se ocupará la policía.

Efectivamente había un par de coches de policía (policía local, no la policía de verdad) y unos cuantos guardias observando la escena. Qué bien que gasten el dinero de mis impuestos en traer media comisaría porque unos críos han robado comida, pensé, cuando los llamas porque a las cuatro de la mañana están armando bronca bajo tu ventana ni se preocupan en aparecer porque le tienen miedo a los gitanos de mi barrio.

Buscaba algo barato y razonablemente sano que comer, el resto de tiendas ya estaban cerradas porque casi había anochecido, así que tuve que conformarme con la basura precocinada, industrializada y aderezada con microplásticos que vendían allí. Había dos policías más que estaban dentro deambulando por los pasillos, es decir, simulando que hacían su trabajo. Me acerqué a ellos.

—Buenas, ¿sabes dónde está el aceite? —Pregunté al que tenía más cara de cerdo.
—Somos policías. —Dijo con cara de estar olfateando mierda de un perro enfermo.
—Ya, ya. ¿Pero sabéis dónde está el aceite?
—¿No te hemos dicho que no trabajamos aquí, niño? —Intervino vehemente su compañero, con un poco menos cara de asco.
—Ni aquí ni en ningún sitio, parece. —Les regalé mi más estoica y apática mirada y me esfumé, compré algunos vegetales baratos y salí del lugar. Cuando pasaba por la puerta el guardia de seguridad aún estaba vomitando su discurso ético-moral a los ladrones mientras los policías observaban. Eso sí que lo hacían de puta madre, observar.

El día tenía muchas horas, de ellas una gran cantidad había que emplearlas en esperar a la muerte, sencillamente matar el tiempo sin matarse a uno mismo, y tal vez con suerte alguna de aquellas tardes aburridas y solitarias llegaría la salvación de algún modo extraño, apasionado e inesperado. La monotonía podía abrazarte y darte calor y ahogarte y arrancar todas las energías de tu cuerpo, podía sentir ese miedo abrumador a una vida estática y definida, y sin embargo ese mismo miedo era el que me mantenía quieto como una roca durante extensos lapsos de tiempo, en ocasiones meses. En ese contexto uno puede contemplarse a sí mismo como una mota de polvo flotando en corrientes gravitacionales colosales cual pieza diminuta de un mecanismo infinito. A veces recobraba entereza gracias a ese pensamiento, una gota de lluvia no es, en esencia, diferente del océano en el que cae y se pierde. Nunca hubo diferencia fundamental entre una montaña de oro y otra de tierra, entre el perro y el hombre que devora al perro; vivir y obrar del modo correcto, no por deseo, sino por convicción de lo que es verdadero y lo que es falso. La victoria y la derrota son lo mismo, sin embargo la renuncia nunca es suficiente, se necesita movimiento para generar una reacción, así mismo la acción no debe dominar al individuo. Actuar en beneficio del alma, que es con frecuencia obrar en contra del mundo, es irónicamente el camino legítimo. La búsqueda del enriquecimiento del espíritu es la renuncia a formar parte del intercambio de karma con el resto de individuos. Ironía. El acto más misericordioso y generoso que un humano puede llevar a cabo es el de preocuparse únicamente por la salvación de su propia alma. Ironía.

Aun con todo, el dolor era la única constante en mi vida, siempre lo fue, a pesar del resto de infinitas variables. No tenía opción, tuve que tratar de no matarme a mí mismo ni morir de hambre. Sólo estas dos tareas resultaban terriblemente agotadoras. ¿Cómo lograba la inmensa mayoría de personas aguantar las ganas de suicidarse? ¿Cómo? Seguí mi camino hacia ninguna parte, huyendo de unos pensamientos que siempre estaban conmigo alimentándose como una rémora de la suciedad acumulada en los pliegues de mi pensamiento. Me senté bajo El Sol completamente convencido de mi cercana muerte, pero no había realmente pena o dolor, únicamente vacío.

Me preguntaba, ¿cómo lograba la inmensa mayoría de personas aguantar las ganas de suicidarse? ¿Cómo coño lo hacían?

Mares de metano líquido que se esparcen hasta donde alcanza la vista, hasta el punto más lejano cuya luz reflejada es la última que un ojo puede captar, y los mundos, las constelaciones y las galaxias se despliegan ante mí como libros infinitos y aunque el cosmos ya no guarda secretos para mí no soy capaz de entender. Mi mente se detiene, sin embargo, cavilando en pasados amantes que nunca me amaron realmente, corrigiendo errores de los que no me arrepiento, rememorando recuerdos que jamás tuvieron lugar. 8:08, la hora de mi muerte y resurrección. Una combinación de parpadeos perdido sin sitio físico en el vacío me cuenta que los humanos en la actualidad somos como crustáceos que filtran la suciedad del verdadero alimento, que estamos podridos por dentro desde hace eones. Yo pregunto, ¿qué es la actualidad? Mato un mosquito aplastándolo contra la pared, pobrecito, pobrecito yo. Yo Yo Yo. Algunas veces nunca tengo sueño pero tampoco me apetece hacer nada, otras sólo tengo sueño de día y me escondo del Sol como si me hiciera daño.

Hay una musiquilla sagrada que escucho en silencio y en ocasiones me permite ver con los ojos cerrados. Me sirve para observar este mundo como un reflejo en un charco de agua sucia. El otro día mi psiquiatra empleó el término "paja mental", nos reímos un rato, después me sugirió la idea de internarme voluntariamente. ¡Pero Solange, rodeado de locos más locos que yo me voy a volver más loco! Y encima sin drogas. Sin las drogas que me gustan, quiero decir, sólo las que te obligan a tragar. Capaz que incluso vuelvo más locos a los locos.

Ya he dejado todo atado por si acaso, si me muero ya tengo todo escrito, y al que contradiga mis últimas voluntades le haré cagarse de miedo apareciéndome en mi forma espectral. Soy así, como otro amanecer inevitable, como el brillo del metal pulido, imprescindible porque siempre fue de esa manera. Qué triste, que el Universo se haga consciente de sí mismo por medio de mí y el único deseo que ello provoque sea el de abandonar esa lucidez. Ya veo manchas de colores, puedo apreciar cosas que no existen y ya salió el astro rey. Es hora de descansar.


Isao Suzuki, New Family, Shigeharu Mukai & Toshiyuki Honda – Mongolian Chant (Full Album)

martes, 4 de abril de 2023

Cosas de niños

Durante una temporada vino una profesora nueva llamada Noelia para sustituir a nuestra tutora porque ésta estaba de baja, a nadie en clase le gustaba Noelia, probablemente recuerdo su nombre después de tantos años porque realmente me molestaba su desprecio hacia mí y el resto de compañeros. Había (y hay) muchísimos profesores así, gente amargada que se dedica a echar mierda sobre niños de 5 años al igual que un jefe putea a un subordinado con o sin razón; formábamos un eslabón más de una cadena de odio que recorría el mundo entero y probablemente también el Universo.

Resulta que a las pocas semanas Noelia comienza progresivamente a perder interés en nosotros, no nos da trabajo que hacer y cada vez sus respuestas a nuestras preguntas resultan más vagas e indefinidas, sentía y demostraba un asco apático hacia todo su entorno. Lógicamente era una persona desencantada con la vida, pero tan críos como éramos, ninguno de nosotros podía llegar a imaginar que a alguien le pueda llegar a disgustar el hecho de estar vivo.

Un día Noelia viene a clase, tarde, muy tarde; otra profesora tuvo que atendernos mientras esperábamos. Se deja caer sobre su silla, suspira y lanza su bolso sobre la mesa como quien descarga un peso muerto, jamás olvidaré ese sonido seco, significaba algo muy importante que no comprendía. Como niños, nosotros no hacemos más que incordiar, chillamos, jugamos, nos metemos los unos con los otros... pero Noelia ya no nos increpa ni nos desprecia, tan sólo nos ignora, aunque su cara seguía manifestando su clásica repulsa. Lentamente se va encorvando, perdiendo energías a cada exhalación, desinflándose mientras soportaba el peso de su cabeza muerta sobre las palmas de sus manos. Su mirada se perdió en tinieblas y finalmente se dejó caer sobre la mesa, después de un rato a todos nos causó curiosidad, algunos niños se acercaron a ella y la llamaron y la tocaron pero Noelia no respondía, ahora que yacía todavía sentada en su silla pero con su tronco superior tumbado sobre la mesa. Tras unos minutos volvimos a sentir desinterés, no sabíamos qué ocurría o qué hacer al respecto. A alguien se le ocurrió salir al patio porque, en fin, Noelia estaba sin batería. Fue un gozo para nosotros no reparar más que en nuestro propio entretenimiento, todos nos mostramos indiferentes frente a lo que fuese que estaba afligiendo a nuestra profesora. Jugamos y nos divertimos como nunca, deleitándonos y regocijándonos en ese extraordinario momento de fortuita libertad que sabíamos que sería irrepetible y excepcional.

Al rato algunos niños hablaron con unos profesores que se acercaron para preguntar qué hacíamos en el patio, un rato más tarde una ambulancia llegó al colegio y sacaron del edificio un cuerpo rígido que permanecía tendido sobre una camilla empujada por unos hombres vestidos de blanco. Algún profesor acabó con nuestro placer y nos hizo entrar de vuelta a una de las aulas en las que terminamos la jornada estudiantil. Cuando nos resignamos a retornar a las aulas, de manera espontánea, empezamos a cantar a viva voz ¡LI-BER-TAD! ¡LI-BER-TAD!, los maestros y maestras no sabían qué hacer salvo tratar de gritar más que nosotros, pero les fue imposible. Al día siguiente Noelia no volvió, nunca más volvió. Tal vez se equivocó de profesión, o de vida.


The Mars Volta - De-Loused In The Comatorium (Full Album)