domingo, 7 de mayo de 2023

Y ni los cajeros del súper, ni los amigos que tuve, ni los de mi sangre saben del azul azul tan azul oscuro casi negro sentimiento que colma mi corazón cada mañana, tarde y noche. Y tal vez los animales que viven en la calle puedan comprenderlo sin necesidad de vestir mi disfraz, pero aun así ellos siguen adelante, yo solamente no me ahogo porque el alma tiene la cualidad de flotar. Entonces veo toda la miseria del mundo y es un reflejo de la mía, me lleva consigo como una corriente de aire caliente, me eleva hasta el cielo y me deja caer. Me dejo caer.

Existe un abanico extenso de emociones cuasi infinitas que yo permito penetrar en mi cuerpo cual torrente mortecino, cada ápice, cada matiz, cada centímetro cúbico me propongo a analizarlo. ¿Y si ya nací enfermo? ¿Y si mi enfermedad es vivir en rebeldía? ¿Y si me pensaba con la más poderosa de las voluntades pero estaba equivocado? Y si lo intenté con todas mis fuerzas, aunque fuesen pocas, y los demás pensaron que no di de mí lo suficiente. Mártir o villano, amigo traidor de aquellos que me amaron, me amaron como no debieron haber; fue su error y mi castigo. El amor sólo con amor se paga, nada se me debe y yo tampoco debo nada.

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