miércoles, 17 de septiembre de 2014

Said: "Oh, well I know this will sound cold but I really have to go. Oh, It's not that I'm not free, there's nowhere I need to be, It's just your love's not what I need, so don't give it to me".

Tan asquerosamente programado, tan ridículamente obvio. Soy el peón de la partida de ajedrez más grande jamás programada para toda la eternidad. Estoy en el ojo del huracán, admirando la belleza en el vientre madre de la destrucción, y brilla cegándome. Me mentiré a mí mismo de nuevo para no admitir que vuelvo a estar en problemas otra vez, a causa de mis testículos o mi desidia. ¿Pero qué importa lo banal de la causa si se disfruta (aunque siempre retorne al mismo punto)?

Qué soy, quién soy, adónde voy... ¿Cómo expresar ese sentimiento retorcido, que me agarrota y me estruja, que hace diluirme entre mis propios pensamientos y más tarde me deja en blanco como succionado, como vacío y sucio? No sabría cómo llamar a aquel animal que desea rechazar todos aquellos placeres mundanos que en su sucia atracción buscan ser complacidos por encima de cualquier otra cosa, sin importar situación ni términos. Ah, y qué simple resultaría la vida si dejara de oponerme, qué dulce, tan dulce que sería empalagosa.

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