lunes, 18 de septiembre de 2017

things went pretty bad, things are getting pretty good now

La tristeza se hace tan notoria que la oigo chocar contra los postigos de las ventanas y la veo filtrarse por los huecos del quicio de la puerta como el agua de un tifón. La percibo ahora tan claramente que he aprendido a diferenciar lo necesario de lo prescindible, y me hace preguntarme qué cosa es lo que hace a la turba no pensar demasiado. Una masa homogénea, desordenada y confusa de cabezas huecas y corazones quebrados que no encontraron una razón para seguir pero que aún siguen. Me mezclo con ellos, flirteo con ellos y hasta me enamoro de ellos, finjo ser como ellos y para cuando me doy cuenta he dejado de actuar y he empezado a ser yo mismo, y sorpresa, no somos tan distintos al fin y al cabo.

Grito al cielo: "¡Dios! ¡Dios siempre provee si confías en él! ¡Si actúas con valentía y honestidad, entonces Dios provee!", a los pocos minutos me lo demuestra y me siento estúpidamente complacido y capaz de todo. También me ha hecho darme cuenta de lo peligroso que es el amor (suponiendo que algún día llegué a sentirlo o entenderlo), porque es más jodido no saber vivir sin alguien a tu lado que vivir solo toda tu vida, poco da, ya que enamorados o no siempre estamos solos.

Así que bueno, las cosas van chévere y si no tampoco importa demasiado mientras el planeta siga girando y El Sol no nos haya carbonizado todavía.

Yung Heazy - Girl, I'll Take U Anywhere

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