martes, 29 de enero de 2019

loco, estoy como una moto y todo me sabe a poco

Ahora sí, ahora no, mañana tal vez. No hay tiempo para nada más, no hay energía sobrante para ninguna otra cosa, otro asunto, otra ilusión. Solamente música, solamente sonidos ordenados matemáticamente en mi cabeza, y hasta cuando estoy sin hacer nada parte de mi cerebro sigue tocando. Escribir se ha convertido en un trámite para evitar la demencia y la oxidación mental, y el resto de disciplinas en interesantes distracciones que apenas tengo tiempo de jugar. 

Tiempo después amarga zozobra grita mi nombre, pica el timbre, golpea la puerta. Yo no escucho nada. Muero de sed y hambre, pero yo no siento nada. No tengo a nadie que me bese, pero yo no extraño a alguien que lo haga, sólo en algunos momentos me planteo cuantas cosas renuncio por alcanzar mi meta. Cuán grande es el sacrificio, cuán enorme es la recompensa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario