martes, 27 de febrero de 2024

Lo oigo, no lo creo; es tan sencillo y tan abrupto, que mis sentidos de sosiegan y los rayos solares calientan mis córneas. Es grácil, es simple, una idea aletargada flotando sumisa en el aire, nunca resoluta ni formulada por completo. Ese es su placer y de él proviene cualquier cosa, una dulce melodía eterna, una clara manifestación del momento del todo. Todo es ahora mismo y sucede en perfecta compenetración constantemente, el tiempo eterno es un instante sólo.

Observo mis heridas, están sanando bien; no sé qué hora es, pero ha pasado un rato. No sé por qué las abro, debo de estar imbécil del culo. Sobrevivir a tu vástago debe ser muy duro, ahora imagina lo decepcionante que debe ser para la semilla que se secó antes de germinar. Tal vez cayera prematuramente y las lluvias no llegaran a tiempo, quizás el suelo ese año estuviera lleno de pequeños guijarros en lugar de tierra; sea lo que fuere, ¿qué importa? Nació y murió, más suerte en la otra vida. Existen aún religiosos de diversas doctrinas que consideran que cada porción de materia contiene un alma, y esa alma se va sofisticando y mejorando en un proceso increíblemente extenso, para acabar en objetos de gran tamaños o encarnada en alguna forma de vida. Lo que sí considero seguro es que cualquier forma de materia, como de energía si acaso son lo mismo en estados distintos, contiene información como los bits que componen un archivo informático, y que al igual que ocurre en un ordenador, la materia y la energía muestran comportamientos y tendencias diferentes en función del modo en el que son observadas, o incluso cuando no son observadas en absoluto.

No puedo contemplar el mundo del modo que el contrato social me exige hacerlo, sencillamente ya perdí esa capacidad. Pero encontré otras por el camino, como la resiliencia, la aceptación o el olvido. No estamos solos en esta vida porque no hay vida, no hay experiencias, todo es mentira y encontrar la iluminación es encontrarse a un paso de la más indómita locura. Cuyo ejemplo no es el mío, obviamente, que simplemente estoy loco a secas.

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