jueves, 31 de marzo de 2016

En momentos de bajón veo claramente mi reflejo en la superficie helada de mi porvenir, es oscuro, no parezco yo. Entonces sé que soy cruel, egoísta y osado, pero no soy capaz de contrarrestarlo, no me apetece. Por todas las veces que jugué en contra del destino, lo siento viejo amigo, nunca nos llevamos demasiado bien, intentaste darme lecciones y fui yo quien te las dio. Aún así todavía creo en ti, creo que puedes enseñarme maravillosas sorpresas.

Un día más cerca de la muerte y de la locura, pero también de la clarividencia. Ofrézcanme felicidad, talento o respeto, yo siempre elegiré la verdad, el resto de cosas vendrán sucedidas. Penitente voluntario de la cárcel de mis pensamientos, debe ser entretenido observarme desde allá arriba sin nada que perder y nada que ganar, con todo el trabajo hecho, con su voluntad vigente tanto en el cielo como en la tierra. 

No temo a lo que soy, de igual manera jamás podré cambiarlo, no acepto mi fuego interior, lo abrazo, y cuantas más veces mis huesos sean fracturados con más fuerza soldarán.

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