miércoles, 4 de agosto de 2021

Cuando era un adolescente tenía que buscar los más extraños escondrijos para echar un polvo, tenía que esperar a que no hubiera nadie en casa, usar de picadero un sitio ajeno, esconderme y regocijarme en los asientos traseros del Volkswagen de mi padre. Ahora que vivo solo en un piso cojonudo en la Costa del Sol, con jardín, piscina y una habitación decorada de manera extravagante y llena de instrumentos, ahora es cuando no la meto ni a tiros. 


Sentado sobre un trono imaginario iluminado por velas negras, la fortuna exige una respuesta. ¿Cuál será?, ¿qué forma adoptará?, ¿qué rostro vestirá? Para cuando llegue a las orillas de mi pensamiento yo ya estaré preparado y sano para soportar las embestidas de la marea. 


La lucha es algo bueno, la lucha hace fuertes a los hombres para que sean capaces de enfrentarse diariamente a la muerte de manera funcional. Un hombre del que no hay forma de saber qué puede llegar a hacer, un hombre cuyos límites no pueden conocerse, es un hombre difícil de derrotar. No imagino el fracaso, pero no puedo negar la posibilidad. No soy capaz de evitar los oscuros pensamientos que atraviesan mi mente, pero ellos saben que no son bienvenidos. 


Astor Piazolla & Compañía - Libertango (En Vivo 1977) 

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