jueves, 26 de mayo de 2022

nunca nunca nunca nunca

Todas las personas están mal, me parece, a todo el mundo diría que le ocurren cosas horribles y uno a veces siente, mientras espera el tren o hace la compra, que vivir se trata simplemente de aguardar con paciencia a que la desgracia se cierna sobre ti. Hay quienes fuman demasiada hierba o se drogan demasiado en general, otros deberían drogarse muchisisisísimo más de lo que ya lo hacen. La mayoría ni siquiera son conscientes de su propia ignorancia. Uf, esos son/somos los peores.

Todas las mañanas, camino del trabajo, veo desde el interior del vagón del tren una obra cerca de las vías donde varones de todas las edades trabajan arduamente bajo El Sol, yo antes solía ser un currito como ellos, llegaba hecho mierda a casa, con los putos pies llenos de callos y rozaduras por el calzado de seguridad. Ah, eso era una cagada, acabar todos los días hecho un trapo sucio y agujereado, aunque ahora tengo un trabajo de oficina, mucho menos exigente a nivel físico, básicamente lo que hago es permanecer sentado delante de un ordenador apuntando números y fingir que atiendo a clientes. ¿Te imaginas qué clase de psicópata es mi jefe para contratarme como administrativo y encargado de tienda? Para cagarse de risa y morir de diarrea. En fin, en realidad me está matando por dentro, cosa que me molesta, porque empiezo a pensar que nunca me van a pagar por hacer algo que no succione mi alma.

Ah, sí, escribí esto repleto de miedo una de las noches en las que dormía con Marlene, descansaba su cabeza sobre mi pecho mientras dormía y yo fumaba y fumaba en la oscuridad eterna. Ay, aquella porteña hermosa con una sonrisa perfecta y sus ojos que por algún motivo recuerdo azules, aunque no lo fuesen. Yo solía decirle que Ana De Armas se parecía a ella, que no al contrario; es importante el matiz, y ella reía enamorada y los demás también reían porque ambos éramos imbéciles: yo por pensar algo semejante y ella por creérselo. De todas maneras, sea como fuere, seguía siendo bellísima y tenía los pechos y el culo enormes en comparación con los de Ana De Armas.

Ya no paso con el tren todas las mañanas delante de la obra, tampoco conservo el trabajo de oficina. Ya no duermo con Ana De Armas, ahora duermo solo. No sé que habrá sido de ella, a veces me llama por teléfono o me escribe algún mensaje pero yo nunca nunca nunca nunca respondo, ni a ella ni a nadie. Espero que le vaya bien, que encuentre un buen trabajo, que consiga estar limpia y que nunca nunca nunca nunca vuelva a cruzarse conmigo ni ningún otro tipo como yo.


Masayoshi Takanaka - T-Wave (Full Album)

No hay comentarios:

Publicar un comentario