viernes, 8 de julio de 2022

Oh,
mierda.
¡Oh,
santa y gloriosa mierda
sobre la que caminan mis pies
descalzos y magullados!
Me arrepiento
profundamente de tantas cosas,
por eso pienso
que debo ser un chico muy malo,
porque no siento remordimiento.
Por errar,
por intentar,
por sobrevivir.

Uno
tiene que llevarse algo a la boca
para no volverse loco.
El yonqui del parque 
tiene sus mierdas, 
el presidente del gobierno
las suyas y
yo
las mías.
Algunos
tienen un techo
pero no dinero,
otros
tienen trabajo
pero no una cama,
tampoco amor,
ni soberbia,
ni libido.
¿Hay algo peor 
que pasar por este mundo 
sin dejar rastro?
¿Hay algo más hermoso
que pasar por este mundo
sin dejar rastro?

Yo
ya estoy cansado,
cuanto más descanso
más cansancio,
yo
ya estoy aburrido
de estar agotado.
Aunque veces siento,
como si fuese real,
que cruzo la frontera del terror
y me encuentro
entonces
en el estado mental
mortalmente calmo y amable
que se encuentra al otro lado.
Nada
me hiere porque
nada 
deseo y 
nada 
tengo, pues en ese momento
he renunciado
a cualquier cosa.

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