miércoles, 26 de diciembre de 2012

Nausicaä del Valle del Viento.

Infiernos sin llamas y torturas sin dolor físico. Mis Viernes son drogadictos y dedico algunas madrugadas a vomitar, otros días mi estómago se retuerce porque está vacío. Si quieres ver un Universo frío, joven y crudo abre mi cabeza de par en par y vislumbrarás una desigual y heterogénea masa oscura pero brillante.


Busco un camino en la antigua París revolucionaria del siglo XVIII que me lleve al puerto de Tolón, pero todos los que tomo son callejones sin salida. Cuéntame como en esta desolada tierra de pretensiones y culpabilidades inducidas y auto-inducidas pueden coexistir la sinceridad y el atrezo. Quiero saber por donde penetrar a mi propia cabeza y encontrar los motivos de mi distimia y entonces darme cuenta de que los conozco a la perfección y continuar sin hacer nada por mejorar.

Quiero ser yo en conclusión, y no una aleación de rencores y miedos.

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