lunes, 8 de abril de 2013

¿Qué coño es eso de tener que acostumbrarme?

Me senté a esperar mientras veía a los problemas venir sin tomar ningún riesgo, mientras tú sí que veías los tuyos. Ahora Tristeza baila lentamente delante de mí tratando se seducirme, no lo consigue. Jamás me he sentido como ahora, y no digo felicidad; digo libertad. He estado viviendo en Matrix por algunos años, pero ni un día más. Todas mis canciones han quedado chafadas y todos los días saben a Verano, al Verano que pasé con mis amigos.
   

Tristeza se ha convertido en una lenta bailarina que ya no atraviesa paredes, que ya no sabe beber. Ahora chupo la pila de nueve voltios casi gastada del afinador de mi guitarra porque es lo más parecido al cielo de tu religión.

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