domingo, 28 de abril de 2013

Another perfect day.

Si sabes que vas a andar durante un buen trecho mejor piensa en utilizar calzado cómodo. Si lees esto con la esperanza de encontrar una respuesta entonces deja de hacerlo, mi respuesta está en las miradas que te dedico. Yo tengo el Funk cuando me encuentro brincando de un lado a otro de la habitación mientras ese solo de Frusciante me folla por atrás. Soy el bajista incomprendido que podría dar luz a esta generación perdida, perdida por nada. Pero sabes, voy a echar de menos casi todas esas cosas que esperas que eche de menos.

Amanece otro perfecto día en la vida del muchacho que ha decidido vivir justo un segundo antes de haber escogido desistir, por los pelos. Realmente las pequeñas decisiones cambian nuestra vida porque ellas evolucionan como si fueran organismos unicelulares, da miedo pensarlo. 

Amor para mi psicólogo, que me ayuda y se esfuerza de sobremanera para comprender mi perversa y desordenada mente, aunque su verdadera motivación sea un sueldo a final de mes. Dureza extrema, sin embargo, a los perdones, que para sí son pretensiones y para mí ensoñaciones de una loca. Cuando antes pensaba en mis carencias maldecía a todos y a mí mismo, ahora comprendo que ellas me hacen el ser imperfecto que soy y que en cierta manera me alegro de cuidar. Mis miedos son yo, ellos cambian mis recuerdos y me hacen la vida imposible. Nunca he sido duro como el acero, pero ahora soy recto como el bambú. Podría llegar a ser feliz por algún tiempo.

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