viernes, 17 de octubre de 2014

De la casualidad y el caos surge tu brillo, como aquella vez, casi inherente al sentido de amar. He estado rayando mi cordura pensando en ti, en un vano recuerdo que bien podría haber sido el espejismo más bello que jamás tuve la suerte de haber presenciado.

Tal belleza extraña en tu rostro, como la que coexiste en el seno de toda destrucción.

¿Te encontré o me encontraste? Tal vez coincidimos por primera vez o quizás hemos estado conviviendo a través del tiempo y el espacio sin darnos cuenta. 

Qué bendita suerte o desgracia futura la de verte a lo lejos, mientras busco un escondrijo entre la multitud y permanecer sumergido en ti durante el resto del día.

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