martes, 27 de enero de 2015

guitar player babe

La vida es una cruel pantomima con la que me veo obligado a lidiar, la muerte es un premio por tal esfuerzo, y quizá no sea el fin. Tengo ganas de morir, Primavera ha vuelto. Ha llegado el momento de dejarme caer una y otra vez como una interminable fila de fichas de dominó, concebidas desde siempre para ser derribadas y así disfrutar del espectáculo. Qué desalmado, qué vil, qué imbécil en definitiva, malgastar lo único que tengo magullándome, ¿acaso tiene importancia? No quiero sentir nada, porque las cosas buenas siempre acaban deformándose, se convierten en extraños monstruos lovecraftianos cuando comienza el eclipse, y cada uno de ellos me hace carne picada con sus mil dientes. 

Sonó crack, fue nuestra inocencia que aconteció y dijo adiós.

Cago líquido cinco veces al día, mi cuerpo está tratando de expulsarse a sí mismo. Algo no va bien desde hace mucho años, pero nunca lo rechacé. Un muro transparente no me deja ver pero hace que me sienta como en casa.

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