sábado, 3 de septiembre de 2016

¿Cuáles son los límites del dolor? ¿En qué lugar concreto del cuerpo se encuentra el amor? ¿Acaso es un engaño y nos enamoramos porque el resto también lo hace? ¿Es una cuestión social o evolutiva? 

Anoche escribí un bonito poema sobre el que me sentí avergonzado. No lo escribí como excusa para fumar y hacer tiempo hasta que amanezca, como hago esta noche, lo hice intentando cambiar mi destino. Demasiado autodestructivo y repetitivo, el día a día puede serlo, pero prefiero el tedio de la rutina a la indeseable sorpresa de la desesperanza. No estoy triste, pero en una carrera de fondo no siempre puedes estar al cien por cien.

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