lunes, 16 de octubre de 2017

Yo soplo tu hélice,
tú me das calor.
Yo soy la luna que mueve tus mareas,
tú eres mi Sol cegador.

Y si te vas
cuando vuelvas me vas a encontrar
en el mismo sitio.
¿No sabes tú que te respiro en el aire?
Y cuando estornudo te suelto de pronto.

Poniendo la mano en el corazón
quisiera decirte todo lo que callo sin razón,
quisiera confesarte todo de lo que huyo
con una mano en mi corazón
y otra en el tuyo.

Te diría que eres la tierra que piso
y el cielo que me gusta mirar,
que las aguas de los ríos fluyen en dirección a ti
y que los pájaros cantan sólo para hacerte feliz.

Hoy las nubes se mueven veloces,
será que tengo tanta suerte
que hasta el viento que mueve tu pelo
me tiene envidia de tenerte.

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