domingo, 4 de diciembre de 2011

California, descansa en paz.

En el momento en el que al escritor se le gasta la tinta sólo le queda el leve consuelo de releer sus escritos. Si el guitarrista rompe todas sus cuerdas el único alivio es recordar sus viejas composiciones. Cuando a los amantes se les acaba el amor tan sólo les queda el placer de masturbarse solitarios.


Perece solitario, perece, y barre tus cenizas. Recuerda a las ovejas del miedo, porque ya nunca volverán contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario