lunes, 5 de noviembre de 2012

El mito de las cavernas.

Lamento ser ese ser tan imperfecto, que es coartado incluso por tu mera presencia y que se siente tan libre cuando ve que todo su alrededor se desmorona al menos durante unos días. Ser feliz se ha convertido en un sueño inalcanzable y no consigo entrelazar dos días alegres seguidos desde hace muchísimo. Cuando lloro siempre lo hago por los mismos motivos, y son muchos aunque algunos sean banales, ¿por qué carajos todo el mundo cree que sufro por una única cosa?, sobran las especificaciones. 


Cuando todos creen creer pero están en un error es cuando mi esencia se resiente y me hace transformarme en algo cada vez más hueco y vacío. No tengo esperanza por la raza humana, porque somos una granja, una mota de polvo, un grano de arena del desierto. Vivo cegado por un mero reflejo, ¡pero por Dios!, si quieres librarme de mi infelicidad no te vayas, más bien arráncame los testículos. Ojalá pudiera gritar que sólo necesito no necesitar nada más de lo que puedo alcanzar. Una realidad más falsa que incierta, una necesidad insaciable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario