jueves, 22 de noviembre de 2012

Sex magik.

No lo supe, y ahora lo veo, la estupidez humana. Puedo ver la belleza real del rostro del muchacho al que empecé a odiar hace algunas semanas, trato que mi pene erecto no sea más coherente que yo. Mi homosexualidad reprimida y mi frenada homofobia. Mi amor por los cuerpos masculinos.


Chándal y deportivas y el hombro abierto como un acantilado. Rap de los noventa en los auriculares y malos recuerdos en la cabeza. Aparente apatía reflejada en mi rostro. Dime pues, ¿dónde fueron a parar mis principios? Prefiero quitarme la vida a mí mismo antes que a cualquier otra persona. Lo dije, la amistad no vale nada, lo llevo gritando desde hace meses. Pero consiste en "No tratar los sentimientos como una relación comercial de puro capitalismo". Roto corazón y rotos huesos.

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