martes, 12 de julio de 2016

Sólo carne, huesos y vísceras. Malicia, pura malicia. Ahora sé que soy un puñado de números y coincidencias sucedidas desde hace no se sabe cuánto, faltan cosas en mi interior y otras sobran. Soy como una de esas celebrities venidas a menos que venden sus desgracias al mejor postor, cuando algo malo me ocurre me aprovecho de mi tristeza, dejo volar mis dedos sobre las teclas y voilá, la ambición acabó con el hambre.

Fumar, cagar, ladrar; cosas de perros. Solitario tanto en la noche como en el día, sobre todo en el día, por eso la clave está en no pensar en las cosas malas y que estas se entierren solas en la arena por su propio peso. Después, horas más tarde, cuando la marea vuelve a subir trae consigo toda clase de malos pensamientos.

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