jueves, 24 de noviembre de 2016

En los bares suelo encontrar cierto tipo de clarividencia que parece extinta en el resto de lugares del mundo. Allí los hombres y mujeres se maltratan o se percatan de cuánto se aman y después se maltratan. El camino a la iluminación está en el fondo del vaso, el primer paso es el primer trago. Y cuando te sientas grande y todo el mundo te parezca atractivo en el fondo, entonces ámalos y fóllalos y no pidas perdón y vive construyendo cosas. Al fin y al cabo a todos nos sale mierda por el culo.

Allá por los bares hay camareras amables y mujeres resplandecientes de belleza adolescente, fumadores empedernidos, músicos de poca monta e italianos que buscan hachís y sexo. Hay de todo también por las calles cercanas, como en los corazones de las personas que las frecuentan; miedo y mucha histeria que ocultan tras vino dulce y espuma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario