lunes, 14 de noviembre de 2016

Tengo conexiones mentales y problemas neuronales, también una red de accesos a paradigmas ocultos de mi cerebro. Unos huesos unidos a otros huesos y recubiertos por carne y pellejos, una idea que flota y en ocasiones me quema y solo puedo extenuar si la saco fuera. Un cuerpo mortal sin batería de litio, unos dientes algo torcidos, un cabello que crecerá hasta después de mi defunción. Soy todo lo que ven y lo que miran en todas partes, pues entre los pliegues de mi piel también perdura el rastro del casi infinito tránsito por el que toda materia ha de pasar. Yo soy la vida y la muerte, y aún más tarde de que mi cuerpo se degrade y mi conciencia se pudra, podría decirse que seguiré con vida.

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