martes, 21 de febrero de 2017

Ayer te volví a ver y fue como un puñetazo en la cara, nos cruzamos de frente y yo te dije hola y tú me dijiste hola, y cuando nos separamos yo volteé la cabeza pero tú no. ¿Por qué no me paraste?, ¿por qué no me dijiste todas esas cosas que en el pasado ya callabas con pasividad? ¿Es que acaso no te gusto, cabrón?, ¿acaso no te gustan mis tetas, mi culo y mi pelo?, ¿no te gustan mis ojos azules? Tú, bastardo, ¿por qué has tenido que dejarme escapar una vez más?

Ahora tendremos que suplicar a la casualidad para que nos haga toparnos de nuevo el uno con el otro entre medio millón de personas. 

Eres un marica.



Con amor, nunca tuya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario