domingo, 12 de febrero de 2017

if you're looking for cut-throat singing above note, looking for a scapegoat, you're gonna find, you'll find yourself alone

Hay un tipo peculiar a mi lado que sopla un instrumento extraño que los aborígenes de Australia ya tocaban hace miles de años, y en mi mano descansa un canuto del que aspiro y en la otra un vaso con cerveza helada del que me nutro. Las piezas encajan, todo está en su sitio, cojo la guitarra, me fundo con el aire. Yo que nunca pude comprender las matemáticas he hallado finalmente en la música la excepción que confirma esa regla, porque la música son sólo sonidos ordenados numéricamente en secuencias regulares. Me mantengo en La y luego subo a Si, a continuación bajo sólo medio tono y floto justo ahí en equilibrio durante un rato tratando de hacerlo sucio.

En ocasiones sólo bebo y fumo, dejo a los demás interpretar su arte y sacar afuera su mierda mientras les escucho, en otras me pongo de pie y canto sobre el amor y la soledad como si fuera un gitano canastero, como si mi vida dependiera de ese cante. No sé si lo hago realmente bien, la gente a mi alrededor me aplaude, sólo sé que estoy disfrutando como un niño. Y no hay nada mejor que la música y esa sensación, lo juro, la sensación de estar haciendo el amor con las personas que están valorando tu inmundicia.

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