martes, 7 de febrero de 2017

Desata el nudo, bota la vergüenza y exponte al juicio ajeno sin ocultar quien eres y lo que te hace daño como has estado haciendo todos estos años, pero hazlo sin remordimientos a partir de ahora. Compórtate delante de todos como si nada importara y escribe cosas como esta en la intimidad. Flagélate, duda y perviértete, pero nunca te arrepientas de quedar como un imbécil si ese es el modo en que luce tu alma al desnudo. Sé un gilipollas arrogante, sé como eres. Y cuando te equivoques admítelo y desecha el ego por mucho dolor que perdure y no temas parecer un trastornado a ojos de todos, ya sabes que lo eres.

Y cuando encuentres la redención llora de emoción al contemplar un verdadero sentido tangible a toda esa amalgama mal entendida de pensamientos y sensaciones que te hacían actuar. Habrás hallado la libertad, habrás comprendido la vida.

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