jueves, 1 de marzo de 2018

Tiempo que perder hay de sobra, motivos para desistir o caer en las redes también, razones por las que levantarse aún más. Me duele la muñeca de tocar horas y horas y no de hacerme pajas porque las mías son mentales, me duele el corazón de tanto querer y ser manipulado. Mitad víctimas mitad cómplices de esta tragedia tan enorme que es el Universo, el puñal que me han clavado lo he clavado yo mil veces.

Así que ni tan bueno ni tan malo, ni tan barato ni tan caro. Esto es todo, lo tomas o lo dejas. Los errores también están bien, cuando te sientes pleno das gracias por haber tropezado ya que forma parte del camino que te condujo a la felicidad. Yo soy feliz a veces, supongo que si no se extiende a lo largo del tiempo no puede llamarse felicidad sino alegría, así que creo que estoy alegre aunque en ocasiones es fácil caer durante días o semanas y ponerle nombre al sufrimiento y regocijarse en él y sentirte a gusto en su calor. Diría entonces que a eso se le llama melancolía. En la felicidad, en la alegría o en la melancolía yo me acomodo y aguanto el temporal, sin excitarme demasiado por las buenas noticias ni entristeciendo por las malas.

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