domingo, 17 de noviembre de 2013

Today is gonna be the day.

Mi espíritu combate constantemente contra las necesidades de mi cuerpo. ¿A quién podría recurrir cuando soledad llama a mi puerta? Ojalá tuviera la puta intención de mejorar y superarme a mí mismo, pero tras esta caída me siento tan a gusto con mi cuerpo tumbado sobre el suelo... Mi cara dice que llevo semanas sin tener un interés mínimo por cuidarme o parecer decente, ¿qué le importa a un caballero las mellas de su armadura si ellas muestran el esfuerzo, el sudor y la sangre derramada? Y si duele no es por dolor, es por la injusticia que un ser humano no puede evitar sentir al ver a un canalla proclamarse ante un indefenso. Hoy fumo hachís bajo el incesante calor del Sol en el mismo parque en el que jugaba cuando no tenía edad ni mentalidad para comprender el riesgo al que atenta el drogadicto, o el taxista, o el músico famoso. ¿De qué me sirven las mujeres si ninguna puede otorgarme la verdad que busco?, ¿de qué me valen los billetes si con ellos no podría conseguir ni la mitad de las cosas que necesito?

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