sábado, 13 de mayo de 2017

—Hey, viejo. No sé de qué escribir esta noche. Me lo pide el cuerpo pero prefiero abstenerme con tal de no escribir una mierda.

—¿Sobre qué sientes que deseas escribir?

—No lo sé. He ahí el problema.

—Entonces escribe sobre eso.

—¿Sobre que no sé acerca de qué escribir?

—Sí. ¿No es ese también un sentimiento? ¿No hace eso la gente que escribe?

—No me parece un sentimiento que esté a la altura.

—Ah, ¿y cuál te lo parece? ¿El miedo a la muerte, el amor, las florecillas del campo, una chica que te gusta?

—He estado pensando en ese vacío.

—¿Y qué piensas?

—Pienso en que me deterioro fácilmente, no soy una persona de hábitos. Incluso cuando me encanta hacer algo no lo suelo hacer con frecuencia.

—No puedes ser bueno en todo lo que haces, y menos si haces un montón de cosas. Es simple economía del tiempo, si te gusta algo tanto como para perder todo tu tiempo en eso entonces hazlo, de no ser así ni empieces siquiera.

—Siempre voy a medias con todo, ¿eh?

—Sí, colega. Necesitas disciplina.

—Mamá siempre nos dice lo mismo.

—Y tiene razón, ya sabes que odio darle la razón a esa cabrona, pero la tiene.

—¿Eres imbécil? No la llames así.

—Oh, vamos, aquí no nos oye nadie, está bien decir un par de palabrotas sin sentido de vez en cuando. Eso no quita que la amemos.

—Sí, la amamos.



*          *          *



—Yo creo que estás bien, la verdad. Desde hace algún tiempo te ves mejor, más claro.

—Sí, yo creo que también. Algunas personas me lo han dicho.

—Comes más y mejor, duermes menos... Toda esa mierda influye, por eso digo que necesitas disciplina.

—Na, en realidad esas cosas no demuestran nada. Está bien preocuparse por controlarse y cuidar el cuerpo pero lo mío es más mental, hay peña que no puede ni moverse y es feliz. La felicidad está en la mente, no en el cuerpo.

—El problema es que estás aburrido. Hace falta una rutina.

—Una rutina que te haga feliz, no una mierda de horario de responsabilidades.

—Tú vives en las nubes.

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