sábado, 28 de abril de 2018

Noches de luna clara, dulce sensación de deseo, cigarrillo en la ventana. Poco es mucho y mucho demasiado poco, a veces y solo a veces desearía que nadie me necesitase y ahorrar en alegrías y disgustos. A la sombra de las nubes no se está tan mal, sobre ellas sigue calentando El Sol, bajo ellas el infierno frío. Las cosas vienen y van como un péndulo difícil de esquivar, difícil de observar.

No estoy perdido, estoy aquí. No tengo que entender, tengo que encontrar. No tengo miedo a ser lo que soy, no podría cambiarlo aunque quisiera. Hay un punto final que marca el ritmo constante como un metrónomo y cada vez se ve más cerca, ampliando su tamaño tapando el resto de cosas. El bucle coge forma, la carne cubre al hueso, y yo, yo no pienso volver a arriesgarme.

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