domingo, 20 de mayo de 2018

En el acorde menor que tocaba para terminar cada compás se encontraban deseos insostenibles, bordeando la histeria, estancado en el no está tan mal, conforme y conservado en vinagre. Un golpe seco contra el suelo que crea una grieta en el interior que tarda y tarda en sanar, te veo delante de mí con tu rollo tan original y verdadero sin oportunidad de aburrir a nadie, todos te escuchan cantar, yo te hago la cama. Podría seguir así el resto del día, atrapando ritmos como si fueran mariposas, haciéndolo perfecto a la primera.

Hay escarabajos enormes con mandíbulas monumentales que se retuercen furiosos si les tocas, quieren morder porque arden en cólera, como yo, pero yo no muerdo casi nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario