martes, 27 de enero de 2015

guitar player babe

La vida es una cruel pantomima con la que me veo obligado a lidiar, la muerte es un premio por tal esfuerzo, y quizá no sea el fin. Tengo ganas de morir, Primavera ha vuelto. Ha llegado el momento de dejarme caer una y otra vez como una interminable fila de fichas de dominó, concebidas desde siempre para ser derribadas y así disfrutar del espectáculo. Qué desalmado, qué vil, qué imbécil en definitiva, malgastar lo único que tengo magullándome, ¿acaso tiene importancia? No quiero sentir nada, porque las cosas buenas siempre acaban deformándose, se convierten en extraños monstruos lovecraftianos cuando comienza el eclipse, y cada uno de ellos me hace carne picada con sus mil dientes. 

Sonó crack, fue nuestra inocencia que aconteció y dijo adiós.

Cago líquido cinco veces al día, mi cuerpo está tratando de expulsarse a sí mismo. Algo no va bien desde hace mucho años, pero nunca lo rechacé. Un muro transparente no me deja ver pero hace que me sienta como en casa.

miércoles, 21 de enero de 2015

dont forget whose legs youre on

Los días arrastran sus talones con desidia, no queriendo así transcurrir, mientras las semanas esperan su turno para estallar. Es una dulce visión que implica una inevitable sensación de autodestrucción a pesar de no estar haciendo nada, tan sólo ver los días pasar. Tentación me hipnotiza y me obliga a seducirte y a utilizarte, tal y como todos los bípedos actúan, pero esta vez lo hago por mis testículos. Arrojar un poco de luz al agujero, qué más quisiera yo.

No dejo de pensar en que esta, durante los días pasiva depresión, y cuando cae el sol hasta que vuelve a salir amarga caída hacia el abismo, es el preludio de mi inexorable muerte y que sólo yo seré responsable. Y entonces mi espíritu vagará eternamente en pos de la luz de alguna farola o de un cigarrillo húmedo atrapado entre los dedos de algún megalómano durante una noche de lluvia. Ah, quiero descansar, tengo demasiados nudos que desatar y pocas ganas, la verdad. ¿Qué sentido tiene procurar morir tranquilo, si no sé qué me espera?, ¿por qué prepararme para algo tan impredecible? Algo me dice que sí, algo me dice que no. Ah, quiero tumbarme y dormir, pero el sueño no está conmigo, es tarde pero sé que aún queda mucho para el crepúsculo y aún más para cerrar las oxidadas bisagras de mis párpados y empezar a soñar.

Necesito algo que calme mi ansia urgentemente, necesito algo que calme mis nervios; me lanzo al frío suelo para llorar y regodearme, para apreciar el odio depositado en mis lágrimas después de la masturbación. Dime qué necesito, demuéstrame que no me necesito abrazado a ti ni entre tus piernas, tengo un fuego interno que me está quemando. El viento golpea la puerta corredera de la terraza y pareciera que alguien estuviera tratando de entrar. Esta noche estoy solo pero acompañado, tengo miedo y no quiero optar por la vía fácil. Dame un respiro.

¿Acaso había fuego en mi mirada mientras soñaba contigo?
De nuevo, quién iba a predecirlo,
un sueño cual obra de teatro muestra a mi yo
más superfluo lo que mi interior ansía.
Y no hablo de amor,
hace años que se marchitó y fecundó
a la locura dando paso a la obsesión,
no, hablo de cicatrices.
Estas perduran a través del tiempo y el espacio
marcando directrices, destrozando todo pensamiento
racional, dejandome sin aliento y añadiendo al aire
que circunda tu pelo suaves matices de color negro.

jueves, 15 de enero de 2015

Enamorados del deseo más que del propio objeto deseado, pendientes del morbo y la excitación que propugnan actos prohibidos más que a la repercusión de estos. Así somos, así sentimos.

El tiempo transcurre, y justo en ese lugar se encuentra el reto, vivir a través del tiempo sin que este nos lastime teniendo en cuenta que todo lo que sucede y nos conforma ocurre sobre su tapiz. Las rocas y los árboles caerán pudiendo romper mis huesos, pero la muerte jamás podrá herirme. Si la existencia tiene un final tomémoslo con júbilo, no por resignación, pues no cabe ese sentimiento en el pecho del hombre sabio. Tomémoslo, como descanso y como premio, no como un castigo ni un final fatigoso y oscuro.

miércoles, 14 de enero de 2015

Tumbado en el sofá después de tanto vuelvo a sentir algo parecido a entonces, ya lo había olvidado, pero no lo suficiente. Entonces me levanto y me dirijo a un mal cuidado cuaderno negro, para intentar dejar en sus páginas blancas lo peor de ese sentimiento. Poco a poco desaparece... era sólo el eco de una explosión pasada, un rescoldo de lo que fuimos y de lo que todavía oprimo.

martes, 13 de enero de 2015

Soy la mierda cantante y danzante del mundo, soy el sonido zumbante que reverbera a través del tiempo y el espacio sobre las distintas capas de percepción, soy ese último suspiro que se escapa a las miradas de todos; soy el antihumano. A mi alrededor ocurren cosas, sucesos que pueden ser verdad o ficción, luz o penumbra, y yo me arrodillo ante la nebulosa. Las heridas permanecen abiertas hasta que el sol vuelve a ocultarse, es el momento de emerger del capullo y enrollar en un desgastado y fino papel de fumar todas las cuestiones que no me dejan actuar... y observando y reflexionando me percaté que si confío poco en todo es porque todo casi siempre falla. Es un simple método de error-deducción.

Escribo para mí y los demás (todos aquellos perros que como yo, deambulan por los húmedos callejones de sus penurias), intentando así hacerme focalizar desde un distante futuro el tiempo que llevo sumergido y el esfuerzo que supone aguantar la presión a tanta profundidad. Seguiré mi propio camino.

lunes, 12 de enero de 2015

asco puto y feroz

En fin, nada nuevo malo ni bueno por llegar, porque lo bueno se marchó hace mucho y lo malo convive conmigo desde aún más atrás. Hace ya bastante que dejé de creer en las buenas noticias, en que algo bueno me espera o en que todo se solucionará... ya sabes, esa clase de mierdas. Sin embargo prosigo mi camino, y sí, me faltan cojones para emprender pero me sobra desidia para continuar tumbado en el sofá. Mentiría si dijera que no me cuesta horrores levantarme antes del mediodía, que no soy un inútil en este mundo competitivo y esquematizado, que no estoy deambulando por el purgatorio de Dante. 

Nadie va a venir a salvarme, ¿y qué? No existe un futuro para mí, para ellos tampoco, sólo que ellos no lo saben. Aquí permanezco, atado a un mundo intolerante que coarta, oprime y esclaviza al hombre, ¿no hablaban acerca de libertad?, quemen los contenedores, sodomicen las normas, inhalen ese humo tan provocador. Eso es ser libre...

Ah, en qué momento entregué mi mano a la desazón, en qué momento decidí acatar todas sus leyes, en qué momento permití ser una mierda a ojos de los demás porque esté escrito en un papel. No eres libre, y si así es se debe a tu miedo feroz, el hombre es un lobo para el hombre, y como tal combate el fuego con el fuego, y como tal encierra a sus semejantes entre barrotes o formularios, entre nóminas y pantallas planas.

EN QUÉ MOMENTO BAJÓ VUESTRO DIOS SODOMITA Y OS OBLIGÓ A SER TREINTA HORAS MÁS VIEJOS PARA TENER FIBRA ÓPTICA.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Close but never close enough.

Regreso de entre mis malos pensamientos, he estado largo tiempo tumbado sobre el musgo que crece en las rocas de mi interior, a veces afiladas como espadas a veces planas como una llanura. Si pudiera arrancar todas las plantas del mundo para dejarlo yerto y gris, lo haría, para mostrarte cómo me siento y cómo siento todo lo que me rodea. Tal vez esté divagando, y detrás del amor y todas aquellas cosas buenas que todos buscan no escondan dualidad, y el mundo no esté enfermo, y el enfermo sea yo. En cualquier caso persisto con mi lucha, una lucha de mí para mí, por eso yo no soy un asqueroso egoísta como el resto.

Que les jodan, la droga me ayuda a cambiar mi percepción, y sí, encuentro la lucidez compartiendo un húmedo sofá y consumiendo, por eso hoy no escribo nada de interés después de demasiadas horas de abstinencia. Y por eso hoy me encuentro más insoportable que nunca. Es curioso, como cuando antes no podía con el peso de mis hombros intoxicaba mis pulmones sin importar el precio a pagar, ahora huyo de la droga, y cuando no soporto la compañía de nadie me ahogo en mí mismo y no en hachís cortado con valium.

Aún con todo sostengo un seco cigarrillo entre mis dedos, una columna de humo púrpura se levanta ante mí con la presencia de un genio persa (como aquella vez), y me pregunto en qué mundo me encuentro. Cruzando la frontera por las madrugadas, y por las tardes emergiendo de mi capullo de sábanas, abriendo las puertas del castillo surge el olor a sudor. Pestilente aroma que me hipnotiza, que siempre está ahí para recordarme lo asqueroso. Todas mis pequeñas criaturas salen de las madrigueras, es la hora del almuerzo; cerca pero nunca lo suficientemente cerca.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

HUMBUG.

Yo, único y miserable, soy el hombre más rico de la tierra, pues también soy el que menos precisa. Yo, cognoscente de mi ignorancia e ignorante de mis cognoscencia, soy el hombre más completo de la historia pues nada se escapa a mi necesidad de conocimiento. Aquellas almas que dicen buscar la verdad y sin embargo retroceden un paso atrás cuando la realidad intangible se cuadra delante de sus miradas, no pueden aguantar la oscura verdad, no desean morir por dentro con tal de superar su condición animal.

Porque somos animales de carga, ah, sometidos por nuestra propia especie y a las necesidades que nosotros inventamos para nosotros. El dinero que ganamos trabajando es el tiempo empleado y el sudor derramado, trabajarás diez horas para comprar una televisión, serás mil horas más viejo para dormir entre cuatro paredes y tener una plaza de garaje. ¿Queremos vivir así?, no se confundan, no hay ninguna ley natural que implique redimirnos y someternos para poder vivir. Coexistimos en un hábitat de falsas obligaciones, de apariencias innecesarias, de peticiones absurdas. En una maldita exigencia constante que nosotros mismos hemos construido, que odiamos y seguimos; el hombre jamás será libre si no deja de ser hombre.

Claro está, que dentro de esta calcomanía de un mundo utópico y justo, que se asemeja más bien a una realidad dantesca y terrorífica, muchos individuos viven como dioses aprovechándose de tal desgraciado destino que ellos mismos y sus predecesores implantaron en la sociedad. El consumo sólo revoca en más consumo, el odio revoca en más odio, la falsa necesidad revoca en insatisfacción. Nadie ha de dictarte aquello que tu voz muda aclama al viento, sal ahí afuera a buscarlo y que no te engañen.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Algunas cosas se han marchado sin dejar rastro, otras se quedan conmigo pesándome sobre los hombros, unas cuantas aún permanecen escociéndome cuando voy a la cama. Sin embargo he de admitir, como hombre de conocimiento y purgador de la incertidumbre, que no hay descanso mayor para un espíritu dolorido que olvidar y obviar. De qué manera si no, podría los rescoldos del amor evaporar y no hacer mella, porque allá donde hay piedad, cariño, empatía... por el contrario existen indiferencia, desprecio, desapego... Porque amar es odiar, ignorantes, porque triunfar es hundir a otros en el barro, porque toda la fortuna que tu vida acuna es sufrimiento para otro individuo. Sí, vivimos a costa del resto, como garrapatas infectas enganchadas por su voluntad, siempre abrazados al clavo ardiendo. Ah, y todo aquello que un día nos unió hoy nos separa y mañana nos hará sentir como extraños, qué agridulce ciclo que me apasiona por hacerte sangrar. 

¿Es una maldición, descubrir la verdad más dura para el ser humano y que ésta no me permita sentir algo bueno por los demás? Si es así, buen intento, porque ahora fermento esa mala noticia para en un futuro sacarla a la luz en forma de diamante.