sábado, 2 de julio de 2011

¿Cuándo me dirás lo que quiero escuchar?

Lavo mis dientes, enjuago mi boca y miro mi cara en el espejo, la última vez que lo haré hasta mañana. A oscuras y a altísimas horas de la madrugada avanzo por el pasillo antes de acomodarme en mis aposentos. Mi cama está ardiendo y el tórrido ambiente no me permite descansar. Muriéndome por dentro recuerdo mejores momentos, aunque podría ser cualquiera, percatome de la excesiva molestia de los ruidos callejeros de la noche. Cuando me quiero dar cuenta y saco mi acalorada cabeza de entre la almohada y las sábanas con manchas de minúsculas marcas sangre debidas a mis numerosas espinillas, me percato de que el astro rey está ya asomándose por el horizonte, otro día ha comenzado de nuevo, y yo, amigo íntimo al parecer del insomnio, busco desesperadamente el sueño; pero no logro dar con él, ¿dónde te has metido, pequeño? Más escurridizo y juguetón que las cuchillas, el pobre se debe haber hartado de lidiar con mis estupideces adolescentes, y no le culpo.

Comienzo una nueva jornada, aunque realmente no he terminado la anterior, ya que no he dormido en toda la noche, ni un sólo minuto. Entrada ya la mañana, comienzo a leer un libro, mi interés por éste es tan sumo que las horas se pasan volando escuchando orquestas en mi reproductor de música. Mi estómago está dolorido, así que no desayuno, llega la tarde y continúo igual, por lo que no almuerzo; pasan las horas y las horas, llega la noche y no ceno, mi estómago continúa afligido.

"No valgo nada en este patético mundo, en el cual lo más patético resulta que soy yo."

The Doors – The Crystal Ship

2 comentarios:

  1. no eres patético, para nada.
    Sólo falta que te lo creas...

    ResponderEliminar
  2. oh *-* gracias a personas como tú poco a poco me lo voy creyendo ♥

    ResponderEliminar