martes, 8 de enero de 2013

Amores inciertos como el comunismo en China.

No sé, ¿en qué gasto mi vida?, en odios irracionales inservibles desde luego que no. Ya no necesito aparentar tanto como antes, el mundo va más deprisa que yo y adaptarme a las nuevas situaciones conlleva tiempo. No tengo más que la sana intención de adormecer mi libido con lectura, porque el Rock n' Roll lo despierta sin duda. Me pregunto si seré tan malvado o más bien generoso haciendo que te creas el culo del mundo. 

Vivo rodeado de cuestiones con soluciones incognoscibles para el ser humano girando constantemente alrededor de mi cabeza, y a veces la marihuana es un buen remedio para ahuyentarlas. No soy el mismo de antes, pero ninguna sustancia me ha hecho cambiar de rumbo y ser distinto a quién hubiera sido sin drogas. Y ahora amigos de siempre me miran mal, opinando que soy un adicto desesperado cuando hacía meses que no me sentía tan bien, teniendo en cuenta que mis mayores depresiones se han debido a ellos. Las miles de disculpas que recibí ya no valen nada, ni perdono ni mucho menos olvido, simplemente obvio. Ahora, cada fin de semana consumo un poco para hacer amigos y odiarme un poco menos, y un par de días después sólo necesito vomitar para saber que mis pulmones se tornan un poco más negros mientras mi estómago se limpia.

Hipocresía como las campañas para erradicar la pobreza infantil que promocionan famosos deportistas que son patrocinados por Nike. Hipocresía como repudiar la marihuana porque la creen insana y después destrozarse el estómago con todo tipo de bebidas alcohólicas. Si no lo has probado no opines. Prefiero un cáncer de pulmón cuando sea octogenario que uno de hígado por alcohol, o uno de estómago por los pesticidas que nos hacen comer.

Con frecuencia estoy demasiado obsesionado pensando en cuánto más aguantaré sin volarme los sesos como para perder mi tiempo en preocuparme en hacer feliz a personas que no se preocupan en hacerme feliz a mí. Ahora, como por arte de magia, aparentemente todo el mundo tiene la solución de susurrarse entre ellos la debilidad ajena. No me molesta, no me preocupo, vivo infeliz con mis recuerdos cancerígenos y con ellos tengo suficiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario